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La Carriona se lanza de cabeza a ganar confianza

Una veintena de niños de 3 a 5 años del colegio descubren en la piscina una forma de mejorar las relaciones sociales

Los niños se ayudan de churros, manguitos y pelotas para jugar y nadar.

"En la primera sesión, algunos niños lloraban porque no querían entrar en el agua; en la quinta, también lloran, pero en este caso porque no quieren salir de la piscina", señala Noelia Paniceres, profesora de Educación Infantil del colegio público La Carriona y promotora de una actividad que consiste en acercar la natación a los más pequeños del centro educativo avilesino.

Mejorar la coordinación, el equilibrio y el conocimiento del espacio; ganar autonomía y confianza personal, y disfrutar de una actividad física con los compañeros desarrollando la convivencia y las relaciones sociales fuera del ámbito escolar son los objetivos del programa "Natación infantil", en el que participan una veintena de niños de entre tres y cinco años y se desarrolla en Parque Astur. Finalizadas las cinco sesiones programadas para este curso, -una a la semana-, dichos propósitos se han alcanzado, afirma la docente. "Hay otras formas de aprender, y esta actividad es una de ellas, ya que están en un entorno nuevo, la mayoría de los niños no había ido nunca a una piscina; además van en autobús, otra novedad, y aprenden a vestirse y desvestirse solos, a preocuparse del gorro, las chanclas o las gafas", relata.

Cada una de las jornadas de acercamiento a la natación -de media hora de duración- sigue un protocolo que comienza con la celebración de una asamblea en el colegio. "Se toma un pequeño tentempié, recordamos las normas y comentamos la actividad", apunta Noelia Paniceres. De regreso a las dependencias educativas, se celebra otro encuentro asambleario para hacer un balance de la experiencia y conocer las impresiones de los participantes, además de explicar los distintos estilos de natación o los beneficios del ejercicio.

"El primer día fue una locura, la mayoría no eran autónomos; ahora se visten y desvisten solos. Hay que darles rienda suelta y una oportunidad", manifiesta la profesora, que acude a las instalaciones acuáticas junto a tres profesores más del colegio de La Carriona. Ya en el agua les esperan unos monitores. "Lo primero que les enseñan es mantenerse a flote y luego desarrollar la coordinación". Algunos lloran, tienen miedo, dice, "pero poco a poco se van adaptando al entorno y desaparecen esos temores", añade Noelia Paniceres, quien al igual que sus compañeros permanecen en el bordillo de la piscina controlando a los alumnos, cogiendo la mano de aquellos asustados o, incluso, saltando al agua".

Los rulos, pelotas, manguitos y otros objetos propios de la piscina ayudan a los niños a moverse con libertad, a aprender y, sobre todo, a disfrutar. "Lo pasan muy bien, se les ve felices", concluye la maestra, satisfecha con la iniciativa.

Finalizada la actividad -ayer, martes, tuvo lugar la última sesión-, la dirección del colegio espera poder darle continuidad el próximo curso e, incluso, ampliarla a los alumnos de primero y segundo de Primaria. Los de tercero y cuarto ya participan en un programa de natación del Ayuntamiento que se lleva a cabo en la piscina de La Magdalena.

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