Respirar aire limpio dentro de casa sin necesidad de abrir las ventanas a diario, tener el hogar atemperado tan solo con la luz del sol y pagar al año no más de 200 euros de luz son las principales ventajas de las conocidas como casas pasivas (Passivhaus). Edificios de consumo energético casi nulo, entre ellos una casa de La Luz, abrieron ayer al público con motivo de unas jornadas internacionales que buscan dar a conocer las ventajas de la bioedificación.

Las arquitectas Alicia Zamora y Claudia González ofrecieron una visita guiada por una casa pasiva proyectada en el barrio de La Luz, una vivienda de 1880 que se está rehabilitando en una casa verde prácticamente autosuficiente desde el punto de vista energético. Entre los participantes se encontraba la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín. "Passivhaus es un estándar de construcción. Los edificios demandan muy poca energía con un confort interior muy elevado. Se trata de cuidar medio ambiente y salud", apuntó Zamora. Para conseguir ese bajo consumo energético se ha proyectado una envolvente que reduce al máximo la influencia del ambiente exterior, como un termo, que mantiene la temperatura interior variándola apenas unos grados. "Para conseguir esta envolvente de altas prestaciones hemos colocado el aislamiento de forma continua y uniforme minimizando los puentes térmicos, instalando ventanas de alta calidad con un coeficiente de aislamiento muy alto, garantizando la hermeticidad del aire de toda la envolvente y diseñando un sistema de ventilación mecánica que renueva el aire interior", explicaron las arquitectas. Estas casas verdes cuestan en torno a un 5% más que una convencional. "A los cinco años ya está amortizado ese porcentaje y en salud se gana desde el momento en que entras en la vivienda", aseguró Alicia Zamora.