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El Parlamento reclama a Saint-Gobain que materialice su "compromiso social"

La Junta General apoya por asentimiento medidas que sirvan para que revierta la situación en que se encuentra la fábrica de La Maruca

El piquete de Saint-Gobain quema un neumático en la puerta de la fábrica.

El Parlamento asturiano reclamó a la multinacional Saint-Gobain Cristalería que materialice "su compromiso social" con el Principado. Y es que la compañía, que tiene en Avilés una fábrica de vidrio de automoción, quiere despedir a 42 personas. La Junta General reclamó –lo hizo por asentimiento de todos los grupos– que no aplique "unilatelarmente" el expediente de regulación de empleo (ERE) que anunció el pasado 2 de junio y que incluye a 53 trabajadores más, pero de la planta de Arbós, en la provincia de Tarragona.

La Junta General también mostró su "apoyo a las medidas que, acordadas con los representantes de los trabajadores, sirvan para favorecer la reversión de esta situación". El parlamento autonómico emplazó además al Gobierno de Asturias a que realice las gestiones necesarias en el ámbito político y empresarial "que propicien un acuerdo entre las partes que permita resolver la situación basándose en un plan industrial y de futuro". La compañía multinacional declinó ayer valorar las peticiones de los representantes políticos.

La de ayer fue la jornada número 11 de huelga contra los despidos de 42 de 179 trabajadores con que cuenta el departamento. La tensión volvió a la puerta tras un rifirrafe entre los representantes de los trabajadores y la Policía Nacional acerca del modo en que los primeros podían ejercer el derecho a informar sobre los motivos de huelga a los trabajadores que no secundan la huelga (mayormente, cuadros). Los trabajadores, ante el desacuerdo, determinaron hacer una sentada bajo el puente de acceso a la fábrica. Los policías decidieron no intervenir y los cuadros –que habían formado ya una caravana– decidieron darse la vuelta. El comité de huelga volvió a recalcar que no impiden el paso a los cuadros, ni a las auxiliares, ni a los servicios mínimos, ni a los camiones. "Lo que decimos es que si quieren entrar lo hagan a pie". La tensión matutina se cerró con la quema de los dos primeros neumáticos.

Mientras tanto, la comisión de negociadores del ERE tenía previsto reunirse ayer por la mañana en Madrid, pero la empresa desconvocó el primer encuentro. Los trabajadores entonces mantuvieron "un intenso debate" sobre la necesidad de ampliar la huelga (está previsto que dure hasta el sábado de la semana que viene). Las posturas son dos: hilar este calendario con el nuevo o dar una oportunidad a la negociación y permitir que sean los trabajadores los que den las órdenes en las asambleas del viernes.

Por la tarde el encuentro con la dirección fue, según señalaron los trabajadores, "otra jornada de vacío". Reprocharon a la dirección "su falta de ganas de negociar" y pusieron como ejemplo la suspensión del encuentro de por la mañana. Volvieron a repetir las exigencias de la plantilla: un plan de futuro para la industria, claridad sobre posibles deslocalizaciones y retirada de los despidos. La empresa, en este punto, pidió un receso y, a su vuelta, señaló, dicen los trabajadores, que "va a pedir los permisos necesarios" para esta tarde poner sobre la mesa toda la información que avala su postura: que es necesario despedir para garantizar la viabilidad del negocio como consecuencia de la crisis del sector de automoción.

Los trabajadores insisten que en La Maruca "no sobra nadie". Este mediodía estará en la fábrica el secretario confederal de UGT, Pepe Álvarez, acompañado José Luis Alperi, de SOMA-FITAG-UGT.

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