Una complicación de su delicada salud ha causado la muerte a los 81 años de Juana Mari Esparta-Alonso Villaverde, avilesina que ocupó plaza como diputada en el Parlamento asturiano en la segunda y tercera legislatura (entre 1987 y 1995) en representación del PSOE, el partido en el que militó desde su juventud y en el que acabó siendo una referencia dentro del núcleo duro, al que también perteneció su marido y exalcalde de Avilés, el difunto Manuel Ponga Santamarta. Los restos mortales de la difunta se velan en el tanatorio de Avilés y la familia ultima los pormenores del funeral en el que se despedirá a la popular política avilesina.

El nombre de Juana Mari Esparta lleva ligado al PSOE de Avilés desde la instauración de la democracia en España, siempre asociado al de su marido, que fue uno de los puntales de la construcción del partido que ostenta desde la década de los años ochenta y de forma casi hegemónica el poder en el municipio. Ambos, Esparta y Ponga, se curtieron en el movimiento vecinal, un ámbito en el que la recién fallecida prosiguió cuando su marido fue elegido alcalde de Avilés. La pareja nunca dejó de vivir en El Pozón, el barrio en el que formaron una familia y donde ocupaban una casa en la que se "cocieron" episodios trascendentes de socialismo avilesino.

La fulgurante carrera política de Ponga, que fue alcalde de Avilés, delegado del Gobierno en Asturias y presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, dejó en segundo plano el activismo social de Juana Mari Esparta, que no obstante tuvo protagonismo en la Junta General y, sobre todo, fue una voz considerada dentro de la agrupación socialista avilesina. El vitalismo que la caracterizaba y la desbordante pasión con la que vivía todos los proyectos, especialmente los políticos, en los que se embarcaba han sido las señas de identidad de una vida que toca a su fin entre la tristeza de quienes la trataron, conocieron y apreciaron.