Las aceras de Oviedo publicarán obras del Bellas Artes, una el «Filandón», de Luis Álvarez Catalá, que luce en la portada del Catálogo de la Pintura Asturiana del Siglo XIX, de Javier Barón, patrocinado por el Colegio de Aparejadores, del que nunca se habla porque el paganini es el último mono, el incauto de turno. Este óleo es una tabla pequeña, de 0,34 x 0,46 cm, en tono barroco, naturalista, preciosista y doméstico, que me recuerda a Vermeer, quien, precisamente, sólo trabajaba para sus mecenas, por encargo. Pero voy al «Filandón», porque luego me lío, realizado en la casa del padre de Luis Álvarez, en Monasterio de Hermo, donde siempre creí que había un monasterio, y lo hubo en el siglo XI, pero ya no queda, no hubo quien patrocinara su mantenimiento. Total, ya no me queda sitio para hablar del «Filandón», y menos de una buena ley del mecenazgo.