Los arenales de un pequeño pueblo de Gales, New Quay, comienzan a llenarse estos días de unos extraños nuevos inquilinos. Más de 20 pulpos han sido hallados en las playas, después de salir del mar y salir paseando por la orilla. Un fenómeno que todavía no ha encontrado respuesta.

Los científicos consultados por los medios de la zona apuntan que este comportamiento se puede deber a lesiones sufridas por estos cefalópodos durante las recientes tormentas Ophelia y Brian. Los temporales habrían afectado así al comportamiento de estos pulpos.

Estos octópodos habitan en profundidades de hasta 100 metros y tienen una longitud de aproximadamente 50 centímetros.

James Wright, técnico en conservación del Acuario Marítimo Nacional en Plymouth, aseguró al diario The Telegraph que la presencia de estos animales en las playas "no encaja con su comportamiento de crianza o alimentación".