Parecía una tarde normal de compras el pasado mes junio dentro para una madre y su hijo en Fuerteventura. Escaparates, gente, ropa y paseos. Nada fuera de lo común. Hasta que entraron en el establecimiento que Springfield tiene en el centro comercial Las Rotondas del Puerto del Rosario. La madre eligió unos vaqueros y entró en los probadores para ver si le quedaban bien. Fue entonces cuando apareció en escena un dependiente, que con la excusa de enseñarle unos vestidos le acabó metiendo mano. El trabajador se ofreció a ayudarle a abrocharse la prensa y aprovechó para introducir la mano por dentro del vestido y tocarle un pecho.

La mujer, escandalizada, abandonó al instante el establecimiento mientras, según contó después en comisaría, el dependiente le decía: "Te costará encontrar sujetador, porque vaya tetorras que tienes que no me entran ni en la mano".

El abuso llegó hasta los tribunales. Una sentencia del 8 de enero de la Sección Primera de la Audiencia provincial de Las Palmas de Gran Canaria considera probados los hechos denunciados por la mujer. A pesar de que aprecian un abuso sexual, el órgano provincial solo ha podido ratificar la condena al acusado por un delito leve de coacciones, tal como dictó la juez del Juzgado de lo Penal Número 2 de Puerto del Rosario. La magistrada impuso al trabajador una multa de 6 euros diarios durante dos meses, es decir; de 360 euros.

La Audiencia provincial de Las Palmas subraya que se trata de un abuso sexual puesto que "se produce un aprovechamiento de una determinada circunstancia por parte del acusado, que en su condición de vendedor tenía acceso al probador en el que se encontraba la víctima, cuyas posibilidades de movimiento estaban limitadas por ir acompañada de su bebé dormido".