Avilés, Juan C. GALÁN

Tamara Valcárcel es la actividad en persona. Esta gijonesa de 20 años se ve obligada a multiplicarse a diario para sembrar la semilla del bádminton por el IES Juan Antonio Suanzes, el IES Carreño Miranda y el Colegio El Quirinal de Avilés. Pero lo lleva bien, está en plena forma. No en vano ya ha practicado siete deportes desde que a los seis años empuñara un raqueta de bádminton, el que más le ha calado. Ahora, es una de las pioneras de esta disciplina en Avilés, desde que el año pasado creara el Club Astures junto a otros tres compañeros. Su objetivo: promocionar uno de los deportes más desconocidos de la actualidad.

-Bádminton, tenis, voleibol, lucha grecorromana..., ¿Falta algo?

-Sí, se deja hockey sobre patines y el patinaje de velocidad.

-¿Y cómo se hace para practicar siete deportes en un período tan corto de tiempo?

-Sin prestar atención a videoconsolas o a la televisión. Los tiempos han cambiado. Ahora que entreno a niños me doy cuenta de la diferencia que hay con respecto a cuando yo empezaba a hacer deporte. Antes nos gustaba más competir, éramos más sacrificados.

-¿Cuál fue el primero?

-El bádminton. Llevo desde los seis años jugando, desde que empecé en el Colegio Atalía de Gijón. La verdad es que lo que me llamó la atención fue el nombre. No sabía en qué consistía y me apunté. Luego empecé a compaginarlo con el tenis, primero en el colegio y luego en el Santa Olaya.

-Explique lo de la lucha grecorromana.

-(Ríe). Bueno, aquello fue para llevar la contraria a la mayoría de mis compañeros de colegio. Todos se apuntaban a kárate, que estaba de moda y yo, a lucha grecorromana. Era la única chica del equipo.

-Lo del voleibol fue más serio.

-Sí, ahí estuve siete años. Empecé en el colegio y como era muy alta ese mismo año me fichó La Calzada. Estuve hasta categoría junior y durante dos años estuve entrenando con el primer equipo de Superliga.

-Y ahora no sólo juega al bádminton, sino que también se dedica a la iniciación por los colegios, ¿Qué tal la experiencia?

-Muy bien. Sólo me dedico a la zona de Avilés y estoy sorprendida de la aceptación que esta teniendo el bádminton. Es un deporte nuevo en la ciudad y la dirección de los colegios lo está acogiendo muy bien.

-¿A quién va dirigido el proyecto?

-Sobre todo, a niños que no jueguen al fútbol, porque ocupa toda la tarde y no deja tiempo para otros deportes. En general, se apuntan muchos niños que no tienen maña para otros deportes, pero a los que les gusta competir. Eso es lo más importante para jugar al bádminton.

-¿Cree que el bádminton es uno de los grandes desconocidos del deporte?

-Creo que sí. La gente cree que es un juego para niños, porque lo ve sencillo de practicar, y no es tan fácil. Se requiere una gran condición física, mucha velocidad de piernas y una gran rapidez mental. Además, es un gancho para los niños, porque es un deporte minoritario y en el que hay margen para destacar rápidamente.

-El Club Astures pertenece a Avilés pero sus componentes son todos gijoneses, ¿Cómo se explica?

-Somos cuatro: David Casanova, David González Cuñarro, Patricia Lera y yo misma. Estábamos todos en el Bádminton Gijón, pero nos fuimos por discrepancias con la gestión del club. No nos queríamos desligar y nos decidimos por empezar de nuevo en Avilés.

-¿Por qué eligieron Avilés?

-Primero, porque era un territorio virgen en cuanto al bádminton. No había, no ya un club, sino ni siquiera una licencia. Luego, porque es una ciudad grande y en la que se le da mucha importancia al deporte. De momento, la cosa va muy bien. De hecho, estamos empezando a crear grupos en San Juan de La Arena, Pravia y Cudillero.

-De momento, los resultados son buenos.

-En Asturias aún queda mucho por hacer. Hay pocos equipos todavía, pero el Astures es uno de los mejores. En el último Regional conseguimos tres oros.

-Comenta que aún queda mucho por hacer, ¿Qué cree que es lo prioritario?

-La promoción, sin duda. Los padres de los chicos a los que yo doy clase se sorprenden cuando ven jugar a sus hijos. Su concepto de este deporte cambia, lo que demuestra lo poco conocido que es. También nos vendría bien que algún famoso lo practicara, como ocurre con el pádel. Además, deberían habilitarse más canchas interiores, porque el bádminton no se puede jugar al aire libre.