Oviedo, Marco RODRÍGUEZ

Lo que toca lo hace de oro. Ésa es la conclusión que se puede sacar conociendo la historia de Pablo Arenas Zapata, un joven ovetense que a sus 13 años ya puede presumir de ser cinco veces campeón de Asturias de kárate, el nuevo campeón de España de kumite y, además, ser jugador del Real Oviedo en la categoría infantil. Sin duda, puede ser el sueño de cualquier niño de su edad, que Pablo asume sin concederle mayor importancia, pero consciente del enorme esfuerzo físico y mental que le requiere. Y es que a sus habilidades deportivas, bien orientadas por sus diferentes entrenadores, hay que añadirle que estudia con éxito segundo de la ESO en el Colegio Loyola.

Todo empezó desde bien pequeño, cuando el joven Pablo probaba en todos los deportes, convirtiéndose esta actividad en el eje de su formación desde prácticamente la cuna. Era previsible, teniendo en cuenta que su padre es Ángel Arenas, uno de los grandes maestros del kárate asturiano, que además regenta un conocido gimnasio, por lo que Pablo ahí tuvo ciertas facilidades. Lo que ya forma parte de su esfuerzo personal es entrenar -volvemos a la actualidad- los lunes y los miércoles para su preparación como karateca, asesorado por Ángel, pero también por otros dos grandes campeones como son Marcos Arenas y Noelia Fernández. Los martes, jueves y viernes entrena con el infantil del Real Oviedo, que dirige Alejandro, siendo pieza clave del equipo en el centro del campo. Los fines de semana intenta compatibilizar los compromisos en ambos deportes y, de momento, gracias a la comprensión de quienes llevan las directrices, lo va consiguiendo. Es decir, tan pronto te gana hace dos semanas el Nacional individual de kumite en -55 kilogramos como te disputa este sábado ante el Sporting el partido decisivo para ganar la Liga. En el repaso de las personas que le han ayudado no podemos olvidarnos de la tarea del seleccionador de kárate de su categoría, César Castaño, todo un campeón del mundo, que habla maravillas de Pablo.

Otro dato a sumar a la gesta de esta realidad ya de nuestro deporte es que lleva más de un año sin perder un combate y, a pesar de sus grandes opciones individuales, se siente profundamente un deportista de equipo. No en vano, el sueño que le persigue tras el entorchado nacional es contribuir a un nuevo éxito por equipos en el Campeonato de España del combinado del Arenas, que la pasada temporada sintió como suyo, pero al que no pudo contribuir al no haber cumplido aún la edad requerida.

Ahora sí podrá colmar esa aspiración, y le motiva tanto como derrotar al Sporting y adjudicarse la Liga. Para más adelante espera la convocatoria con la selección española de kárate de la categoría, que realizará un entrenamiento federativo en el mes de julio en La Rioja, con el objeto de ir componiendo el equipo que vaya entrando poco a poco en los internacionales, dando el relevo generacional a los actuales campeones. Duro será, aunque bendita duda, el día que las exigencias hagan escoger un camino definitivo. De momento, y aunque no lo es, Pablo disfruta como un niño más de su edad.