Oviedo, Ángel

FERNÁNDEZ ORTEGA

La prestigiosa naturaleza del parque natural de Redes tiene en el valle de Valdetanes su máximo exponente. Esta parcela de la geografía casina se extiende en sentido Norte-Sur, desde la presa de Tanes hasta la barrera calcárea del pico Riegos y el Cantu la Carrerina. Su flanco occidental está protegido por los eslabones montañosos de la sierra Bermeja, mientras que hacia el Oriente confina este barranco una modesta serranía integrada por los picos Sellar, La Berruga, Carril y Cerro Pando, que hacen de frontera natural con el valle del río Caleao.

El conjunto de paisajes que envuelve su marco orográfico forma una ininterrumpida serie de valores conjugados por la magia y frondosidad de sus bosques, las rústicas majadas de Rituerios, Llamargón, La Gallera, Fresnéu, Llaneces, Trapa, La Carrerita y el entorno, circundado por un inacabable rosario de montañas.

Las remotas aldeas de Valderosa y Ablanéu que se localizan en el umbral del valle son los lugares idóneos para iniciar esta mágica ruta que discurre toda ella por la zona 2 o de uso moderado.

Se accede a estos dos núcleos por medio de una carretera local, que arranca desde el punto kilométrico 50,5 de la AS-17, distantes unos 5 kilómetros. Soslayando el desvío a Ablanéu, la carretera cruza el río accediendo a Valderosa (750 metros) por la margen izquierda del valle. En este lugar el itinerario afronta desde el inicio una sinuosa remontada por una pista de tierra bajo la ladera de la Peña Lavayo, montaña íntegramente de la sierra, que confina la vega de Bimblenes. La pista, con buena traza, se ciñe a los plegamientos de la ladera profundizando hacia el sur de manera cómoda. Hemos de cruzar el lecho de un nuevo arroyo tras el cual franqueamos una portilla y, sin apenas esfuerzo, muy pronto alcanzamos unas cabañas agrupadas en medio de la ladera. Estamos situados en el atractivo marco natural que domina esta braña denominada Rituerios (850 metros), 3 kilómetros en una hora de marcha.

En medio de la majada surge a la derecha el camino directo a Bimblenes, mientras que la ruta propuesta baja ligeramente hacia el cauce del siguiente arroyo que cruzamos previamente tras la apertura de un cierre metálico. Una nueva remontada sombreada por ejemplares de hayas nos sitúa más adelante en un crucero desde el cual se desprende hacia la izquierda un corto ramal de pista que finaliza al lado de una cuadra. La ruta original arranca con brusco giro a la derecha, encarando una fuerte subida por la ladera de la sierra y enlazando más arriba con la otra pista que comunica la braña de Fresnéu con Llamargón y La Gallera.

Desde el mismo crucero hemos de torcer a la izquierda, por donde nos vamos directos a esta última majada de La Gallera (1.130 metros), 4,5 kilómetros en una hora y 45 minutos de marcha, que está suspendida en un plano de la ladera. La Gallera es uno de los escaparates más sobresalientes de la zona, dominando todo el incomparable marco del paisaje de Valdetanes.

Siguiendo la huella de un sendero que avanza en dirección al filo de la sierra, cruzaremos diagonalmente al Poniente por un tallado espolón hacia la cabecera de la vallina Fresnéu, culminando en la amplia escotadura de La Campa Cruz, hermosa campera situada a caballo de los municipios de Caso y Sobrescobio (1.191 metros), 5,2 kilómetros en 2 horas de marcha. Desde esta balconada se contemplan los más emblemáticos paisajes del parque. Hacia las caídas occidentales se extiende la cuenca del río Nozalín. En un plano más alejado, la cadena de montañas del Crespón y sierra Escrita nos muestra lo abrupto de su morfología alpina, de afiladas aristas y profundos canalizos. Continuamos con la ruta propuesta marchando directamente a la contigua collada Cruz. Aquí retomamos la vertiente de Valdetanes, yéndonos por la cabecera del mismo. Seguiremos la traza de un visible sendero que avanza hacia La Carrerina bajo los espolones de la crestería del pico Riegos. El itinerario, sin posible error, afronta un bonito recorrido internándonos en la fronda boscosa densamente poblada de hayas. Caminamos cómodos por este paraje virginal que mantiene inagotables los valores más estimados de Redes. En medio del bosque, y a partir de un gran peñón que tapona el sendero, comienza una nueva pista que con las mismas características anteriores nos sitúa en la majada de La Carrerina (1.135 metros), 8 kilómetros en 3 horas de marcha.

Rebasando la frontera arbórea, aquí iniciamos el retorno siguiendo inicialmente el lomo del cordal de La Berruga. El rápido descenso nos coloca en la prestigiosa collada de La Trapa, campera a caballo de la sierra y provista de una buena fuente. Nada más cruzarla hemos de tomar en la nueva bifurcación el ramal de la izquierda, internándonos de nuevo en la umbría del bosque de Valdetanes.

De regreso a Valderosa el itinerario que llevamos a cabo se desliza muy escorado al arroyo principal, que en seguida vadeamos, afrontando un repentino repecho que culmina en los prados inferiores de Fresnéu (950 metros), 10 kilómetros, 3 horas y 30 minutos de marcha. Jalonado de fresnos, un camino sustituye a la pista que prosigue hacia los altos en dirección a La Gallera. Lo eludimos yéndonos por un camino que, a modo de atajo, bordea dos cuadras. Tras la última se pierde momentáneamente su huella, transformándose en un sendero que asciende diagonalmente sobre un tupido felechal. Sin problemas de pérdida, este atajo nos conecta con la pista principal de subida. De nuevo nos ponemos en marcha, ahora ya sobre la vía original. Poco a poco vamos acercándonos a Valderosa, donde finalizamos esta bonita travesía tras recorrer unos 14 kilómetros en 5 horas.