Oviedo, J. I. CASTAÑÓN

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Entre los Alpes y las Rocosas hay un océano y miles de kilómetros de por medio, pero entre finales del mes de agosto y principios del mes de septiembre dos pruebas deportivas que tuvieron por escenario ambos macizos centraron el interés de los corredores de montaña del mundo, una joven especialidad deportiva que va ganando adeptos merced a su combinación de deporte, aventura y ecología. Se trataba ni más ni menos que de la «Gore Tex Transrockies» (23-28 de agosto), seis días a través de la cadena montaña estadounidense en su vertiente meridional y de la «Gore Tex Transalpine» (5-12 septiembre), ocho etapas sin tregua en pleno corazón de la montañas europeas con un desnivel de prácticamente 30.000 metros (15.422 metros de ascenso y 14.659 de descenso).

Y allí entre centenares de corredores procedentes en su mayoría de Europa, Estados Unidos y Canadá dos parejas de asturianos compitieron con notable éxito. No en vano el lavianés Avelino Mejido y el gijonés Santi Obaya fueron séptimos en la prueba europea, la mejor clasificación de unos españoles en la carrera alpina que vivía su quinta edición; mientras que el ovetense Pachu Pérez y la llanerana Eva Braña eran cuartos en la carrera norteamericana; competición que supuso el debut de una pareja española en la prueba que se celebraba por tercera ocasión.

Los cuatro, todos componentes del Helly Hansen Avientu, el club del Principado que aglutina a los mejores «runners» asturianos de esta dura especialidad deportiva, nos cuentan su experiencia en ambas pruebas

Inscripción. «Son 1200 euros por pareja en el caso de la Transalpine», señalan Mejido y Obaya mientras que Pérez y Braña apuntan a «2.700 dólares en el caso de la Transrockies». Una cuota que da derecho durante los días de disputa de la competición deportiva al preceptivo alojamiento y la comida diaria. «Si le sumas todos los gastos puede salirte por 3.000 euros en el caso de Europa», sostiene Obaya y «5.000 euros en el de la prueba que se desarrolla en el estado de Colorado», dice Pérez

Como dato curioso en el caso de la Transalpine durante la tarde noche, tras cada carrera hay una fiesta en la que la pasta italiana sirve para llenar los depósitos de los corredores mientras que los americanos están en las antípodas y es que salchichas y hamburguesas llenan un día y otro día a los deportistas que se aventuran por las montañas de Colorado.

Entrenamientos. Fundamentalmente los corredores de montaña o son bien corredores o montañeros. En función a su procedencia se entrena más en montaña o en la carretera. Los asturianos coinciden que son especialistas en descensos: Lanzarse a tumba abierta por "les caleyes" europeas y estadounidenses da buenos réditos. «Los europeos y los norteamericanos son grandes escaladores y nosotros alucinamos al personal bajando. Adelantamos siempre un montón. Nos tildan de locos», apuntan los corredores del Helly Hansen.

Buen ambiente. Llevarse bien, conocer los puntos fuertes y débiles del compañero y lógicamente tener un nivel análogo en las parejas del mismo sexo son la clave para hacer un buen papel en este tipo de carreras en la que la clasificación final es la suma de los tiempos acumulados del dúo. De nada vale ser muy bueno si deja tu compañero extenuado Se llega a decir que no puede haber más de dos minutos o 100 metros entre ambos participantes porque, si lo hubiera, daría lugar a una penalización que llegaría a una hora si en los controles que fija la organización se acreditara tal circunstancia, dando al traste con las expectativas fijadas por la pareja. «Lo más curioso es que cuando nosotros tuvimos la experiencia de luchar por el podio en una etapa de la Transalpine esta regla se llevaba a rajatabla, mientras que en una etapa en la que atravesamos problemas la competitividad era mayor en puestos más bajos», sostiene Obaya. No obstante se hacen amistades. «Hemos tenido mucha relación con Fabián Roncero y De Pablo. Consiguieron un podio en una de las etapas. Fabián, que fue maratoniano de élite, tuvo problemas en los descensos y lo pagó en las últimas etapas, pero es un fuera de serie»

¿Por qué se corre en pareja? se pregunta Pachu Pérez y contesta: «Para prestar asistencia y sirve a la organización para controlar mejor a los participantes evitando accidentes».