Oviedo, J. I. CASTAÑON

Martín Álvarez (Piloña) empezó corriendo en campo a través, asfalto y hasta hizo sus pinitos en pista. Cuando Martín, que está en la treintena, se inició en el atletismo, las carreras de montaña no existían. Sin embargo poco a poco el langreano se ha ido deslizando como por una pendiente, de las que tanto abundan en las pruebas de trail, por las carreras de montaña.

Un hecho que les ocurre a muchos corredes de asfalto y que está relacionado con la busqueda de nuevas sensaciones El pasado fin de semana el langreano ganó en su tierra en la II Carrera Valle de Samuño, una prueba joven, que recuerda a un corredor de montaña Marcos Hernández del club Lagueyo, organizador de la carrera, que tuvo la desgracia de fallecer en un accidente laboral. Con su recuerdo presente, 175 atletas tomaron parte en la prueba de 22,4 km, con 1.500 metros de desnivel acumulado, que discurrió por la Cuenca del Nalón. La salida estaba en Ciañu y se subía La Perallonga, luego a Mayau Miguel, se bajaba a la Fresnosa, se seguía por Campa Ablaneu en Alto Urbiés hasta llegar a Mayau Miguel en la que se descendía de nuevo a Ciañu. El barro se convirtió en la nota predominante de este año, con un recorrido disputado bajo una temperatura ideal y un cielo encapotado. La carrera no fue sino un duelo hasta el final entre Martín Álvarez (2:13.36) y el gijonés Santi Obaya, del club Avientu, (2:13.53) que venía de hacer la ultramaraton de la Transvulcania, celebrada en la isla canaria de La Palma y que se dirimió por la mayor frescura del primero. Tras ellos, terminaro corredores de sobra conocido como Jordi Fernández (Vizcares) o Avelino Mejido que cruzó la meta pasadas las 2 horas y 22 minutos.

Justo en el otro extremo contrario de Martín Álvarez está Eva Braña (Avientu) que procede de la montaña, pero que ha ido poco a poco encaminado sus pasos al atletismo sobre asfalto. Ella y Susana Fernández (Piloña), a la que la organización concedió finalmente el triunfo, fueron las verdaderas protagonistas de la prueba. Y es que Braña dio una lección de «fair play», de esas que al final hablan de su calidad como persona cuando espero a su rival a falta de dos kilómetros para meta porque a Fernández se le habia desabrochado el cordón de una zapatilla. Ambas entraron juntas de la mano a las dos horas y 50 minutos de reloj y la organización decidió darle al triunfo a Susana, una corredora que se defendía muy bien en los tramos técnicos y que venía de ganar en la ruta del Sella sobre la atleta de Llanera, que había hecho marca personal en la media maratón de Gijón. Ana Cristina Aguado, otra habitual en las carreras de montaña y asfalto del Principado completaba el podio en 3 horas seis minutos.

Una espicha fue el colofón a una jornada de atletismo y montaña, de una competición que se consolida en el calendario asturiano de trail.