El genial Lombardía ha desatado la imaginación de quienes contemplan pasmados su escultura, en el cruce de la autovía con la N-630, en Muros de Nalón.

Según algunos, parece ser que el artista imaginó un pez que venía a desovar en el bajo Nalón, cosa que la gente de a pie, por mucho que se esfuerce, no acaba de ver.

Según un experto en mitología asturiana, el señor Lombardía tuvo el privilegio de entrever en una ensoñación, más bien agitada, a «el Pesadiellu», una especie de trasgo a quien, según la tradición, ningún otro mortal tuvo ocasión de ver.

Algunos confunden a «el Pesadiellu» con «la Manona», pero las opiniones de los entendidos no son unánimes en esta materia.

Sugiero que al igual que otra escultura de nuestras carreteras es popularmente conocida por «el Cuélebre», a ésta del señor Lombardía se la denomine «el Pesadiellu», pues he comprobado que son muchos los que opinan que tal nombre le viene como anillo al dedo.

Silvio González Menéndez

Muros de Nalón