En nombre de mi familia, y en el mío propio, gracias a todas las personas que, de una u otra manera, nos mostraron su sentir por la pérdida irreparable que supuso el fallecimiento de mi padre, Julián Sánchez, hace unas semanas, en Barres (Castropol).

Es un orgullo ser hijo tuyo. Todas las muestras de cariño y condolencia recibidas confirman que fuiste buena persona con los tuyos y con tus amigos.

En los meses de tu enfermedad, observé la entereza y la dignidad con las que asumiste tu peor reto. Batalla que supiste perdida, y en la que luchaste con entereza hasta el final.

Aunque este recuerdo es para ti, no puedo olvidarme de la persona que más querías y que más te quiere: mamá. ¡Qué entereza, qué fuerza y qué voluntad!

Os quiero.

Y como decía Pablo Iglesias: «Los socialistas no mueren, se siembran».

Es un orgullo ser tu semilla.

Jorge Sánchez Fernández

Langreo