Pola de Lena,

Andrés VELASCO

El prau de la ermita de Piedracea no fue el único en el que el medio millar de romeros disfrutó de la romería de La Flor. Los prados contiguos también se llenaron de grupos de jóvenes, que eligieron pasar la celebración de una forma más tranquila y apartada de los actos principales y disfrutar de la sidra y de la comida en otros lugares. Por otra parte, fuentes de la Policía Local y del 112 informaron de que la jornada de fiesta se saldó sin ningún incidente reseñable y de que, por fortuna, la normalidad fue la tónica dominante de la fiesta.