La gala de los «Mierenses del año» contó con la participación como pregonera de la escritora local María Luisa Prada. Defendió los valores que, a su juicio, identifican a los mierenses: «Cuando hablo en francés me dicen que lo hago con acento de Mieres; ponemos este acento para realzar virtudes como el tesón y la ilusión». Defendió la labor que desempeñan, desde hace 35 años, los integrantes de la asociación cultural que rige los destinos de los premios: «Son, sin duda, un orgullo, no sólo para este municipio, sino para toda la comarca», subrayó la escritora, afincada en Gijón: «Como muchos otros, tuve que irme, pero siempre me acompaña el recuerdo de mi pueblo», matizó.

Al margen de los galardones que dan nombre a los premios, se entregaron otras distinciones. La entidad cultural que preside desde su fundación Laudelino Rodríguez García otorgó la medalla de los galardones a Miguel Ángel Fernández, médico oftalmólogo, en reconocimiento por su colaboración con diversas actividades deportivas, en especial con el hockey. El distintivo al mérito empresarial fue recogido por Luis Alonso Cossío, propietario de Maprise, y la placa de honor de los galardones se concedió al club deportivo Manuel Llaneza de Mieres. Finalmente, la insignia de oro de los galardones fue para José Manuel García, por su trabajo activo en favor de esta asociación cultural mierense: «Aunque parezca extraño, si tenemos en cuenta que el mundo de la globalización en cierto modo les da la espalda a los sectores más desfavorecidos, en este concejo hay, afortunadamente, hombres y mujeres que le prestan a su tierra y a su gente la atención especial que se merece, ofreciendo sus conocimientos y su tiempo de una forma totalmente desinteresada», apuntó este último.

El evento celebrado ayer movilizó a la sociedad mierense, que acudió masivamente a una cita que se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los eventos culturales más relevantes de cuantos se organizan en el concejo. El salón de actos del Centro Cultural Cajastur se quedó pequeño ante la masiva presencia de espectadores. Muchos de los asistentes tuvieron que seguir el acto de pie, desde el fondo y los laterales de la gran sala de butacas. La entrada de los premiados, al ritmo de acordes de gaita, fue recibida con una gran salva de aplausos, la primera de muchas. Cada premio mereció una atención especial. Uno de los momentos más intensos se vivió cuando tomó la palabra José Antonio Santamaría Álvarez para hablar en nombre de todos los galardonados: «Queremos recordar a todas aquellas personas que han contribuido a mejorar la sociedad».