Cabañaquinta (Aller),

David MONTAÑÉS

El Corredor del Aller estará terminado dentro de dos años y medio, tras más de una década de obras, acometidas en varias fases, y más de 60 millones de euros de inversión. El inicio de los trabajos en el tramo Corigos-Cabañaquinta marca la recta final de un proyecto que arrancó a finales de la pasada década y cuyo desarrollo ha estado salpicado de numerosas complicaciones. La apertura de este gran eje de comunicación permitirá al municipio allerano potenciar sus nuevos polígonos industriales y, sobre todo, fortalecer su oferta turística, acercando las estaciones invernales de la zona alta del valle al centro de la región.

Si se cumplen los plazos, el Corredor del Aller estará concluido a finales de 2010, con más de un lustro de retraso sobre lo inicialmente establecido. No sólo los tiempos se han dilatado, también el coste económico se ha disparado, con un presupuesto que al final de los trabajos se acercará a los 70 millones de euros, cuando las primeras previsiones hablaban de unos 45. El mayor salto económico se debe al proyecto Moreda-Cabañaquinta, ya ejecutado en buena parte, que el actual Gobierno de Vicente Álvarez Areces tuvo que rehacer por completo a petición de la Corporación allerana. PSOE, PP e IU rechazaron por unanimidad la propuesta del consejero de Fomento del anterior presidente, Sergio Marqués, de reformar el tramo existente de la AS-112 a cambio de la construcción de una carretera totalmente nueva. La diferencia de contar con esa ventaja se tradujo en un encarecimiento de la obra en 15,6 millones de euros.

El primer tramo del Corredor que entró en servicio fue el que une Cabañaquinta con la cima del puerto de San Isidro. Las mejoras en la ascensión concluyeron ya hace seis años, en 2002. Posteriormente se acometió la variante de Moreda, un tramo de apenas 3 kilómetros que causó numerosos quebraderos de cabeza. Las obras de la circunvalación arrancaron en 1999, con un plazo de ejecución de 35 meses. Cuatro años después aún estaba incompleta, debido, en gran medida, a los problemas surgidos con la Confederación para la instalación del puente de Casanueva. En diciembre del año 2002 se inauguró la mitad del recorrido; los 1.400 metros restantes tuvieron que esperar hasta la primavera siguiente, ya en 2003.

El reciente inicio de las obras del tramo entre Corigos y Cabañaquinta completará la actuación ya ejecutada entre la primera de las localidades y Moreda (12,8 millones de euros). Estas obras, que dirige la Dirección General de Carreteras y ejecutará la unión temporal de empresas formada por las compañías Dragados y Coprosa, cuentan con un presupuesto de 26.330.706 euros y un plazo de ejecución de 30 meses. La longitud total a construir es de 5.863 metros.

El tramo Corigos-Cabañaquinta discurre entre el final de Moreda-Corigos y la actual carretera AS-253 Cabañaquinta-puerto de San Isidro. Para el desarrollo del trazado se tendrán que construir nueve estructuras: una en la conexión con la actual AS-112 en Cabañaquinta; dos en el enlace de Soto; una para salvar el cauce del río Aller, y otra para superar la vía de Feve y conectar con la actual carretera AS-112 en la localidad de Santa Ana.

El trazado de la nueva infraestructura transita por el fondo del valle y afecta, en algunos tramos, al cauce del río Aller, por lo que se hace necesario el encauzamiento completo de este río, con una longitud total de 600 metros, y la protección de los terraplenes con escollera, lo que totaliza un volumen de escolleras de 42.018 toneladas y 5.896 metros cuadrado de muro de suelo reforzado. Los trabajos no serán fáciles. Los constructores deberán levantar 16 obras de drenaje transversal y un túnel de 290 metros que permitirá el paso frente a Cabañaquinta sin afectar al cauce del río Aller. Asimismo, el proyecto incluye la revegetación de los taludes generados que se tengan que levantar, y se plantarán más de 3.600 árboles autóctonos y arbustos.

Cuando finalicen los trabajos entre Corigos y Cabañaquinta, el concejo de Aller quedará definitivamente vertebrado por un gran eje vial de 36 kilómetros. Atrás quedará más de una década de labores y ejecución de proyectos. El principal problema que ha presentado el valle de Aller para construir una segunda carretera es la falta de espacio, unido a la existencia de dos importantes obstáculos: el río y las vías de Feve. La nueva comunicación se traza por la orilla contraria a la vieja carretera. En algunos puntos del recorrido, como el que discurre al paso de Soto de Aller, la ladera de la montaña y las viviendas del propio pueblo dejan poco margen para el paso de otra carretera.

El alcalde del concejo, Gabriel Pérez Villalta, ha manifestado su «satisfacción» ante el inicio del último tramo de la obra. «Se trata de un proyecto que servirá para mejorar la calidad de vida de los alleranos», señaló el veterano dirigente municipal. Recordó que aún quedan pendientes las circunvalaciones de los pueblos de la zona alta del municipio.