Les contaré una historia: cuando en 2003 Bush y sus secuaces decidieron atacar Irak en Estados Unidos hubo voces discrepantes. Pocas, pero las hubo.

Una de las más notables fue la de las «Dixie Chicks», un famoso trío femenino de música country, que desde un principio se manifestó públicamente en contra de la invasión.

Su valiente ejercicio de libertad tuvo consecuencias: de la noche a la mañana su música fue vetada en todas las cadenas de radio importantes, las compañías discográficas se olvidaron de ellas, los conciertos fueron cancelados, su teléfono dejó de sonar.

El país norteamericano, que presume de ser la primera democracia de la tierra, se echó encima de las tres jóvenes cantantes sureñas hasta ahogar su voz.

Ahora, casi un lustro después, cuando ya no hay dudas de que la guerra y posterior dominación de Irak es un crimen mayúsculo pendiente de juicio, la petulante progresía norteamericana, encabezada por un Hollywood cobarde y sumiso, comienza lentamente a despertar.

Hoy he visto la cinta «Leones por corderos», de Robert Redford, impulsor del alternativo festival de Sundance, una película en la que ya se habla con cierta claridad y se apunta con el dedo hacia el lugar donde están los responsables de todo este disparate.

¡Por fin! Han tenido que morir cientos de miles de iraquíes para que la intelectualidad, la vanguardia cultural, la autoproclamada «América moderna», en contraposición con la dominante, vengativa y carca América profunda, se atreva a abrir la boca y decirle a su Administración que no está de acuerdo. Como suele decirse, más vale tarde que nunca, pero, vamos, se esperaba algo más arriesgado de estos tipos tan famosos, tan ricos, tan listos.

Entre tanto, las «Dixie Chicks», nacidas en el ultraconservador Estado de Texas, están saliendo triunfantes de su travesía del desierto. Los ojos de algunos compatriotas han vuelto a fijarse en ellas. «Vaya, vaya. Si va a resultar que estas chicas tenían razón». Pues sí, la tenían.

Cuando la corriente política y social anti-George Walker Bush sea potente, ya verán cómo desde la factoría de Hollywood nos atiborran de películas de moralina y vergüenza, como pasó tras el fiasco de Vietnam. Como en aquella ocasión, la reacción de «los creadores de opinión» llega muy tarde.

Mientras tanto, si les pica la curiosidad, busquen en Youtube el video de la canción «Not ready to make nice». Es toda una declaración del actual estado de ánimo del trío tejano. No es para menos.