El Principado inició ayer las obras para evitar nuevos desprendimientos en el Corredor del Aller. Las primeras labores arrancaron a la altura de la glorieta de Corigos, mientras que el tramo de carretera desde Moreda a Corigos sigue cortado al tráfico rodado como medida de precaución. Los trabajos se iniciaron en dos frentes, mientras unas máquinas trabajan en la parte alta del talud afectado, desde la carretera que enlaza con Coto Bello, otras lo están haciendo desde la base, desde el propio Corredor del Aller. Aunque la calzada afectada por el gran argayo que se ha registrado esta semana ya ha sido limpiada de piedra y rocas, la vía permanece cerrada por seguridad, en previsión de un nuevo desprendimiento de tierra.