Leoncio CAMPORRO

Cabañaquinta,

El Corredor del Aller, cerrado al tráfico rodado hace cinco días por culpa de un desprendimiento, recobró ayer la normalidad después de que se realizaran las pertinentes labores de limpieza de la ladera afectada por el argayu sobre la calzada. El talud afectado ha sido recubierto por una tela metálica que evitará, en un futuro, nuevos derrumbes.

El argayu se localizó en el kilómetro 10 de la carretera AS-112, en el tramo que une a las localidades de Moreda y Corigos. El desprendimiento generó un importante colapso de tráfico. Por fortuna, el suceso se saldó sin víctimas. La ladera cedió, proyectando un copioso montón de escombros que bloqueó por completo uno de los carriles de circulación sin alcanzar, por suerte, a ninguno de los vehículos que en esos momentos circulaban por la vía.