Mucha tinta se ha vertido en los últimos días sobre el crédito de 1,94 millones de euros cuya solicitud fue aprobada en Pleno el pasado viernes. Y mucha confusión se ha intentado crear en torno a esta medida, que responde, ni más ni menos, que a la necesidad de cofinanciar convenios comprometidos e irrenunciables con otras administraciones que nos permitirán ejecutar proyectos necesarios para nuestro municipio. Gracias a este crédito, podremos aportar el porcentaje que nos corresponde en las actuaciones del «Plan A», el fondo de reactivación que destinará 3,7 millones para una serie de actuaciones, entre ellas, la segunda fase de la Ciudad del Tenis de La Riquela o diversas mejoras de urbanización, asfaltados, saneamientos y comunicaciones en la zona rural y el casco urbano de Mieres. Y el porcentaje municipal de los fondos «Feder», inversiones millonarias para mejoras de abastecimiento y saneamiento de agua. Y los convenios con el Adif para mejorar los accesos a Sueros. Iniciativas que, en su mayoría, contaban con el beneplácito de los grupos políticos municipales, a pesar de que ahora pretendan desmarcarse.

Cada año viene siendo práctica habitual el recurso a la deuda para hacer frente a las inversiones, por lo que incluso en otras circunstancias menos complejas habría sido necesario este crédito, una medida que, evidentemente, requerimos porque nuestra situación económica no es la ideal en estos momentos, pero también por el ejercicio de responsabilidad política que nos corresponde. Además, nuestro municipio no es una isla ni nuestras circunstancias son especiales respecto al panorama al que se enfrentan todas las administraciones, incluidas las locales, de nuestro país. No pretendo con esto convencer a nadie de que el mal generalizado debe ser nuestro consuelo, el refranero popular ya aclara el porqué y además considero que no sería justo. Hablemos de cifras: nuestro nivel de endeudamiento ha crecido en un 1,9% en el periodo 2008-2009, mientras que la media de los consistorios españoles lo hizo en un 8,3%. Estamos además a la mitad de nuestra capacidad de endeudamiento. Ni las circunstancias de Mieres son excepcionales, ni somos los que peor estamos, sólo hace falta seguir casos de otros municipios con situaciones verdaderamente críticas.

Insisto en algo que ya hemos repetido estos días. Este crédito no persigue la mejora de nuestra situación financiera, sino cumplir una serie de compromisos ya adquiridos y necesarios para llevar a cabo inversiones importantes en nuestro municipio. Todo lo que se diga en otro sentido no pretende más que crear confusión y desasosiego entre la ciudadanía. Eso sí, nuestra situación económica es, por supuesto, mejorable. No hay más cera que la que arde y si los ingresos se reducen y tenemos que ajustarnos a los recortes impuestos por otras administraciones, evidentemente tendremos que asumirlo. No va a ser fácil, eso lo sabemos, pero sumar siempre es mejor que restar y los grupos con responsabilidad en este Ayuntamiento tienen, a mi parecer, dos opciones: dedicarse a criticar o arrimar el hombro, lo que sería mucho más justo para los ciudadanos. Deberían apoyar en lugar de aprovechar la coyuntura para hacer una oposición poco limpia, subjetiva y oportunista. Estamos trabajando en un plan de reactivación financiera, teniendo siempre presente que nuestro celo se centrará en preservar las prestaciones sociales y el respaldo a las personas más desfavorecidas.

O qué prefieren, ¿que nos sentemos a verlas venir y esconder la cabeza debajo del ala? Pues no, el equipo de gobierno socialista de Mieres prefiere afrontar la realidad y cumplir sus compromisos con los instrumentos que la ley pone a su disposición.