El Gobierno pretende ahorrar energía reduciendo el límite de velocidad de los vehículos y rebajando a la mitad el gasto de iluminación de las carreteras. Sin embargo, los propios coches pueden ser capaces de generar la electricidad que necesitan las farolas. La empresa mierense Prometeo Innovations sabe como hacerlo.

El sistema es aparentemente sencillo. Prometeo desarrolla materiales piezoeléctricos, que son aquellos que al ser sometidos a tensiones mecánicas adquieren una polarización eléctrica. Estos materiales, colocados el asfalto en las vías urbanas o carreteras, producirían electricidad cada vez que un vehículo pasa por encima de ellos. Esa energía generada puede utilizarse para abastecer farolas, señalizaciones luminosas e, incluso, radares de control de velocidad. Moisés González, director de Prometeo Innovations, pretende comercializar su producto a través de la marca IngeniOHM. González explica que el sistema «permitirá que las ciudades sean más sostenibles, ya que siendo un poco visionario, estas piezas podrían abastecer todo el alumbrado público».

El proyecto arrancó el año pasado y contó con la financiación del Idepa, lo que permitió hacer los primeros estudios de viabilidad y desarrollar los prototipos. Ahora, Prometeo quiere probarlo en una ciudad y ya está tanteando varios ayuntamientos dentro y fuera de la región. Entre ellos, se encuentra el de Vitoria, que será en 2012 la European Green Capital (Capital Eupea de la Ecología) y se ha mostrado «muy receptiva» a probar el sistema desarrollado por la empresa ubicada en el centro de empresas de Vega de Arriba, en Mieres. Sin embargo, «al igual que ocurre en el 99 por ciento de los ayuntamientos, no tienen financiación, por lo que necesitan una entidad que financie el proyecto. Lo positivo al respecto es que todas las empresas que colaboren en European Green Capital pueden beneficiarse de una exención fiscal del 90%, con lo que estamos muy esperanzados», apuntó Moisés González. El coste de instalación del sistema en una calle, donde se colocarían entre 60 y 100 dispositivos piezoeléctricos, «rondaría unos 60.000 euros», apunta Moisés González.

Además de su implantación en las calles, Prometeo Innovations trabaja en la instalación de este sistema en prendas de vestir. La idea es similar, ya que se trata de la producción de energía aprovechando el movimiento del cuerpo. En este caso, los materiales serían más delgados e irían introducidos en las zonas donde se encuentran las articulaciones. Su aplicación está aún en su fase inicial.