Santullano (Mieres),

C. M. BASTEIRO

Quienes le conocieron dicen que Adolfo Quintana era vitalista, valiente y que siempre llevaba un libro de Marxismo. De Ángel Díaz «El Canario» recuerdan que le encantaba cantar, que estaba al tanto de las novedades de la copla y que era un hombre muy comprometido con sus ideales. Los dos fueron guerrilleros, lucharon por la libertad y los asesinaron juntos en El Pedroso, el 14 de agosto de 1950. Después los expusieron, desnudos y acribillados a tiros, en una caseta del cementerio de Santullano. Sus heridas han tardado 60 años en curarse, pero, ahora, un monolito y una placa recordarán su lucha y su trágica muerte en el mismo lugar donde sus cuerpos sirvieron para atemorizar a los vecinos.

El acto de inauguración del monolito, realizado por Luis Felipe Capellín en colaboración con IU y el Ayuntamiento de Mieres, tuvo lugar ayer. La hermana de Quintana, Cari, no quiso perderse el homenaje. Han pasado 60 años, y ella ya es casi octogenaria, pero el recuerdo de aquellos días sigue vivo. «Nos vigilaban la casa día y noche. Yo era una mocina, pero estaba muy nerviosa». Cari Quintana no pudo contener las lágrimas cuando dejó sobre el monolito unas flores, rojas, amarillas y moradas, ni cuando escuchó a Capellín recordar la trágica muerte de los guerrilleros.

Aquilino Fernández fue enlace de Quintana y «El Canario», pero prefirió hablar de su vida y obviar su muerte. «Defendieron unas ideas en las que creían, con lealtad y compromiso», señaló, con voz gastada pero clara. Esa lucha y el recuerdo de sus representantes ha impulsado la colocación de un monolito en el cementerio de Santullano.

También hay una placa, en la caseta donde fueron expuestos, que los recordará como «los que dieron la cara por la justicia, por la verdad y por la República». El acto contó con la presencia del alcalde, Luis María García, el portavoz de IU, Luis Álvarez Payo, el candidato de IU en Mieres, Aníbal Vázquez, y el candidato a la presidencia del Principado por la coalición, Jesús Iglesias.