Mieres del Camino, D. M.

El alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, anunció ayer que el Ministerio de Cultura abordará, en breve, la licitación de la obra de reforma del pozo Santa Bárbara, el primer conjunto minero declarado bien de interés cultural en Asturias. La actuación cuenta con un presupuesto de 921.000 euros y su ejecución estaba pendiente desde que IU forzara, a través de una enmienda, su inclusión, hace ya tres años, en los Presupuestos Generales del Estado.

Aníbal Vázquez, que desde que tomara posesión de su cargo ha llegado a viajar hasta en dos ocasiones a Madrid para desbloquear la actuación, aseguró ayer estar «muy satisfecho por avanzar en un proyecto que ha sido gestión prioritaria para nuestro equipo de Gobierno». Añadió que el Ayuntamiento «trabajará con la máxima celeridad para otorgar la licencia de obra para dar un nuevo paso en el objetivo de convertir al valle de Turón en un parque de arqueología industrial de referencia». El proyecto que se licitará en breve y cuyas obras arrancarán ya en 2012, incluye la recuperación de los dos castilletes, la sala de compresores y el pozo de ventilación. El vicealcalde del concejo, Manuel Ángel Álvarez, apuntó que, paralelamente a la ejecución de estas labores de recuperación de las instalaciones, el Ayuntamiento de Mieres trabajará para «definir» los contenidos culturales que albergará la vieja explotación una vez esté rehabilitada.

El pozo Santa Bárbara, ubicado en La Rebaldana y explotado por las empresas Sociedad Hulleras del Turón y Hunosa, fue declarado por el Principado, en enero de 2010, bien de interés cultural con la categoría de conjunto histórico. Fue la primera mina de la región que recibió ese reconocimiento al que acompañan una serie de medidas de protección.

La portavoz local del PSOE, Diana González, también manifestó ayer su «satisfacción» por el desbloqueo de la actuación. Además, apuntó que el anterior Gobierno local «jugó un papel fundamental a la hora de salvaguardar la actuación, ya que logramos darle un carácter plurianual a la inversión con el fin de ganar tiempo hasta que la instalación fuera declarada de como bien cultural».