Cabañaquinta, C. M. B.

Hace 65 años, el padre de Ignacio Fernández-Vigil abrió una de las primeras clínicas dentales de Aller. Años después, él también se hizo odontólogo y acaba de inaugurar una nueva sede en el local del antiguo ambulatorio. Las instalaciones están especialmente enfocadas a las personas mayores, sin barreras arquitectónicas y con nuevos planes para mejorar su educación en higiene dental.

«Decidí hacer este proyecto en Moreda porque hacía falta una clínica completa en el concejo», explicó Fernández-Vigil. Además de asentarse en un bajo, para evitar las escaleras, las consultas están preparadas para la atención de personas con movilidad reducida y los aseos están totalmente adaptados.

La clínica inició su andadura hace unas semanas, y se inauguró oficialmente el jueves. El responsable del centro ya se ha puesto a trabajar en una campaña especial para las personas mayores, orientada a mejorar su educación para la prevención y el cuidado de los dientes y que incluirá descuentos para personas con pocos recursos. «Esperamos contar con el apoyo del Ayuntamiento», explicó el doctor, que ya ha presentado una propuesta a los responsables municipales.

A pesar del especial cuidado para los mayores, la clínica está enfocada a todo tipo de pacientes. «La idea es que los alleranos puedan tener un tratamiento odontológico completo sin salir del concejo», explicó Ignacio Fernández-Vigil, durante la inauguración.