Moreda (Aller),

C. M. BASTEIRO

Una familia allerana ha sido desalojada de su casa del barrio de Les Ferraes, en Moreda. El entorno de la casa se vino abajo porque la obra de acondicionamiento de los accesos al barrio de La Cortina, adjudicada por el Ayuntamiento de Aller, afectó a los cimientos de un muro que la rodeaba.

María Lourdes García, que vivía en la casa con su marido y sus dos hijos -de 9 y 18 años-, llevó uno de los mayores sustos de su vida en la noche del pasado viernes. Fue entonces cuando escuchó «un ruido muy grande en el exterior» y descubrió que su casa se venía abajo. «Mi marido me dijo que saliera con los niños lo antes posible», explica la afectada. La terraza de su casa cayó varios metros, arrastrada por el derrumbamiento del muro que rodeaba la vivienda.

«Habíamos avisado a los operarios de que el muro no se podía descalzar», añade González. La valla de piedra, construida por su abuelo hace más de diez décadas, «estaba en perfectas condiciones hasta que se iniciaron estas obras». Desde el sábado, María Lourdes García está en una casa de su propiedad, que se acaba de construir y a la que esperaba trasladarse en unos meses.

La vivienda aún no está lista para ser habitada, ya que no cuenta con instalación eléctrica. La situación que atraviesa la familia de María Lourdes González no parece razón suficiente para superar una serie de trabas que se ha encontrado con los responsables de la instalación. «No tenemos luz, ni calefacción y tengo dos hijos, uno de ellos con nueve años, que no pueden vivir así», explica. En cambio, el Ayuntamiento «ha aligerado al máximo» la puesta en funcionamiento del saneamiento, por lo que ya cuenta con agua corriente.

La respuesta del Ayuntamiento, después del suceso, ha sido «buena», aunque asegura que en la noche del viernes la Policía Local «no se preocupó de dónde íbamos a dormir, lo superamos gracias a que todos nuestros vecinos se volcaron y a nuestra familia». El alcalde de Aller, David Moreno Bobela, «ha hecho todo lo que ha podido, nos ayudó para que tuviéramos agua en la otra casa y nos ha ofrecido ir a un hotel, pero no creo que sea lo más adecuado para la familia».

Por el momento, seguirá luchando por conseguir la instalación eléctrica en su nueva casa y esperando a que empiece la obra de reparación del entorno de su vivienda. «Queremos que el Ayuntamiento la saque a licitación. Ya que la empresa actual ha causado el daño, no creemos que puedan subsanarlo», explicó. A la vez, María Lourdes García advierte de que «hay otras tres casas pegadas a mi vivienda que también pueden verse afectadas». El Ayuntamiento descarta que puedan producirse nuevos derrumbes y se ha comprometido a iniciar la reparación.