Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

El Ayuntamiento de Aller ha dado carpetazo al proyecto de una nueva minicentral hidráulica en Casomera. El plan, que llevaba sobre la mesa desde 2008, había generado un fuerte rechazo entre ecologistas, vecinos y pescadores, que se oponían a su construcción por el impacto que generaría sobre el río Aller. En un primer momento, el Ayuntamiento frenó la implantación de la central, pero una sentencia judicial obligó a los responsables municipales a continuar con la tramitación e informar de cada paso que diera el proyecto. Ahora, con el respaldo de un informe desfavorable de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias (CUOTA), el Ayuntamiento ha vuelto a desestimar esta actuación.

El proyecto de la central eléctrica en el río Aller fue presentado por la empresa Riomañón Energía, S. L., y fue rechazado por el Ayuntamiento desde un principio. De hecho, el Pleno ya había aprobado una moratoria sobre este tipo de instalaciones energéticas que finalmente no se reflejó en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y quedó sin efecto. El concejo ya cuenta con otras tres minicentrales hidráulicas. Son las de La Paraya, San Isidro y Murias.

El Ayuntamiento presentó alegaciones contra el proyecto de Riomañón argumentando principalmente el impacto ambiental y socioeconómico negativo que causaría. También los ecologistas y los vecinos se posicionaron rotundamente en contra, por lo que el proyecto se paralizó durante años. En septiembre de 2011, una sentencia judicial obligó al Ayuntamiento de Aller a continuar con la tramitación del estudio de implantación y a informar judicialmente de cada avance del proyecto. La Corporación acató el fallo y siguió adelante con los trámites.

El alcalde de Aller, el socialista David Moreno Bobela, explicó que en el último Pleno celebrado en el Ayuntamiento «la Corporación votó de forma unánime en contra de este proyecto». El principal motivo, en esta ocasión, es un informe desfavorable emitido por parte de la CUOTA. El documento, según aseguró el regidor, «alerta del impacto que podría causar esta actuación en el río Aller, al ser un cauce truchero».

La asociación de pescadores allerana El Maravayu, uno de los colectivos que más se opusieron a la central, ya había alertado de los efectos en la fauna del río. Después de conocer la sentencia judicial que obligaba al Ayuntamiento a continuar con los trámites del proyecto energético, la asociación amenazó con retomar las movilizaciones que ya había emprendido en 2008. No tendrá que hacerlo. El colectivo allerano de pescadores mostró ayer su «alegría» ante la paralización del proyecto.

El presidente de El Maravayu, Sabino Monje, explicó que «los ríos del concejo están en un buen momento y no podemos permitir que un proyecto de estas características afecte a la riqueza piscícola». Sabino Monje aseguró que las minicentrales que están en funcionamiento, especialmente la de Murias, «secan el cauce a la mínima, por lo que no podemos consentir ni una sola más porque contrarrestan los esfuerzos que realizamos por mantener en el mejor estado posible las aguas». De hecho, el colectivo El Maravayu repuebla anualmente los ríos con cerca de medio millón de alevines «para asegurar que se mantiene su riqueza».

El alcalde de Aller, David Moreno, señaló que la polémica por la implantación de la minicentral «parece haberse cerrado de forma definitiva». Por el momento, el equipo de gobierno remitirá al Juzgado el acta del Pleno de febrero y el informe de la CUOTA, «porque así lo había dictado la sentencia». El regidor señaló, además, que se trata de «una buena noticia» para el municipio porque «con este capítulo se acabará una larga polémica».