Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

La Comisaría de Policía Nacional de Mieres tramitó el pasado año 15 expedientes de expulsión de extranjeros que se encontraban en el concejo sin tener su documentación de residencia en regla. Los agentes detectaron a estos «sin papeles», en la mayoría de los casos, en actuaciones de identificación rutinarias, según explicaron los responsables del servicio.

Tras un lustro, entre 2005 y 2010, en el que la inmigración creció a un ritmo nunca visto en el concejo en las últimas décadas, con un aumento de más del 500 por ciento, la tendencia ha sufrido últimamente un drástico giro. En 2010 se alcanzó la cifra récord de 1.430 extranjeros empadronados en el municipio, mientras que a finales de 2011 el listón estaba en los 1.236. Los portavoces de las comunidades de inmigrantes relacionan directamente este cambio de tendencia con la incidencia de la crisis. Pese a este sensible retroceso, las actuaciones policiales han mantenido o incluso incrementado en lo que se refiere al control de la inmigración ilegal. En 2011 fueron quince los extranjeros para los que se solicitó la expulsión del país, dos más que en el ejercicio 2010.

En enero de 2005 el número de foráneos asentados en el concejo era de tan solo 271. A lo largo de 2006 el recuento se disparó situándose en 854, marcando el inicio de una línea ascendente que se mantendría firme en el tiempo. En 2007 el número de extranjeros censados en Mieres superó el millar y en 2008 se alcanzaron los 1.128. Los primeros coletazos de la crisis no hicieron mella y, en 2009, ya había 1.200 extranjeros en el concejo, llegándose a los 1.430 en 2010. Tras un lustro de incremento en lo que se refiere a la presencia de extranjeros en el concejo, 2011 cambió por completo la tónica. En apenas un año el municipio ha visto como 194 inmigrantes causaban baja en el padrón lo que, entre otros factores, ha hecho que el censo local no supere en total los 42.635 vecinos. De esta forma, la comunidad de otras nacionalidades representa casi el 3 por ciento, un porcentaje sensiblemente menor que la media regional. De hecho, los residentes extranjeros aumentaron el año pasado en el Principado en 1.024 personas y alcanzan los 50.310 empadronados. Esta subida hace que los foráneos supongan ahora el 4,7 por ciento del total de la población asturiana, cuando un año antes eran el 4,5 por ciento.

En España, según recientes datos oficiales, hay unos 200.000 extranjeros en circunstancia de irregularidad. De hecho, como media, cada año se expulsan del país al menos a 30.000 inmigrantes sin cobertura legal. España se ha convertido en los últimos años en uno de los principales destinos de la migración hacia Europa, aunque esta tendencia se ha visto notablemente alterada debido a la crisis económica, que ha ejercido de barrera disuasoria para quienes buscaban en Europa un proyecto de vida más esperanzador.

La estancia y la residencia son las dos formas o situaciones en las que un extranjero puede residir en España. La estancia, con carácter general, no puede ser superior a tres meses , no obstante el extranjero, en determinados supuestos podrá prorrogar esa estancia por otros tres, en un cómputo de seis, no pudiendo superar ese tiempo.