Mieres del Camino,

Andrés VELASCO

Las plantas de Rioglass Solar ubicadas en los polígonos de Villallana, en Lena, y Sovilla, en Mieres, vuelven a tener actividad. Tras una etapa de gran incertidumbre, con un ERE planteado por la empresa, que contemplaba 17 despidos y una regulación para el resto de empleados de compañía, y retirado al última hora, las dos fábricas de la compañía asturiana permanecieron paradas casi un mes. El lunes, los 200 trabajadores de la firma volvieron de nuevo a las factorías, eso sí, aún sin conocer las previsiones exactas de producción de cara a los próximos meses.

El secretario de Acción Sindical del SOMA-FITAG-UGT, José Antonio Menéndez Barriada, afirmó ayer que «los pedidos que se preveían cuando llegamos al acuerdo con la empresa para que retirase el ERE van entrando, a menor ritmo del esperado, pero la buena noticia es que van llegando». En este sentido, Menéndez Barriada apuntó que «la previsión es que se vayan consolidando de cara a finales de mes, para poder definir el volumen de trabajo de las fábricas con más certeza». «Estamos en una fase inicial, en las que se han encargado una primera parte de los pedidos, pero creemos que antes de terminar este mes hayan cristalizado del todo y podamos asegurar el cumplimiento del objetivo principal que nos marcamos, que no es otro que evitar cualquier tipo de expediente de regulación o extinción de empleo para mantener a los trabajadores en sus puestos», aseguró Menéndez Barriada.

Los responsables sindicales mantuvieron ayer una reunión con la dirección de la compañía, en la que según explicó Barriada, «nos comentaron la situación de los pedidos de espejos solares, además de ir negociando otros puntos que teníamos pendientes, como el acuerdo sobre los calendarios de trabajo». En el próximo encuentro, fijado para el martes de la semana que viene, los sindicatos esperan recibir nuevos detalles sobre los pedidos pendientes.