Rajoy a la fuga por los pasillos del Senado y la página de internet de Hacienda colgada. Qué tranquilizador. Si lo que se pretendía con el cambio de gobierno era recuperar la confianza, ¡ay madre, qué mala pinta tiene esto! Y si se trata de una broma, ya está bien. Porque la verdad es que a veces lo parece. Tenemos la espada del rescate sobre nuestras cabezas, el tijeretazo llega a todos lados, hasta a lo más sagrado, la sensación de angustia se extiende pues los medios de comunicación se encargan de pintar cada día un panorama más negro pero, sin embargo, hoy me entero de que las retribuciones de los altos directivos españoles continúan incrementándose. Esto es una broma o es que estamos haciendo las cosas con el culo.

¡Y cómo se puede ser tan burro de recortar aún más los fondos para la ciencia y la investigación! No todo es el sometimiento a la extorsión de la prima de riesgo y vivir en la incertidumbre de la partida de monopoly que juegan los tiburones de la especulación. No podemos quedar limitados a salir hoy del paso. Es el momento de preparar la siembra de cara al futuro. Una siembra que corrija los errores cometidos, que no nos conduzca a la misma fosa de la que ahora luchamos por salir. Y los recortes en educación, ciencia e investigación representan la pertinacia en el error, mantenernos entrampados, cada vez más débiles y dependientes.

A modo de ejemplo, fijémonos en la sanidad pública de nuestros amores, que tanto nos cuesta y que hemos de defender incondicionalmente. ¿Cuánto de lo que se provee el sistema sanitario español ha sido ideado, desarrollado, patentado o fabricado en España? Casi nada. Miles de millones de euros en aparatos, medicamentos e instrumental que pagamos a los extranjeros porque a nosotros no nos da por ahí. Sólo compramos y gastamos. De investigar y producir, tararí que te vi. Pues no era este un mal momento para iniciar el volteo de la situación. Que si quieres arroz, Catalina. Recorte al canto y los que quieran dedicarse a investigar, que se vayan lejos. Mientras, aquí, seguiremos a lo nuestro, al pelotazo rápido, la trampa y el que la pille, para él.