Ujo (Mieres),

C. M. BASTEIRO

El robo del cepillo de la iglesia de Ujo empañó ayer la celebración del día grande de las fiestas patronales en honor a San José Obrero. La sustracción se produjo mientras que el cura y los feligreses celebraban la procesión en honor al santo y, según una testigo, el autor del robo fue un hombre que parecía encontrarse en estado de embriaguez. Hasta el momento, la cuantía del botín no ha podido ser cuantificada.

El suceso se produjo poco antes de las 13.00 horas de ayer. Según explicaron organizadores de las fiestas patronales de Ujo, una mujer presenció el robo desde el piso superior del templo. La testigo, que se ocupa de labores en la iglesia parroquial desde hace años, estaba a punto de abandonar la iglesia y era la única persona que se encontraba en el templo además del presunto ladrón, ya que en el exterior se celebraba la procesión. Aprovechando esa situación, siempre según la versión que pudieron recoger los miembros de la organización de la fiesta, «un hombre entró en la iglesia y se acercó al altar». Según la testigo, el hombre parecía encontrarse bajo los efectos del alcohol pero dio con la cesta en la que se guardaba la recaudación de la misa y sustrajo los billetes. «No se llevó las monedas, sólo cogió los billetes, lo metió en un bolso y huyó por la puerta principal del templo », aseguraron las mismas fuentes.

El párroco de Ujo, Luis Cuervo, se enteró del suceso cuando finalizó la procesión de San José Obrero por las calles de la localidad. Después de confirmar el robo de los billetes, el sacerdote evitó hacer declaraciones sobre lo ocurrido y no pudo cuantificar el botín que se llevó el ladrón, ya que el dinero del cepillo acababa de ser recaudado durante el oficio religioso que se celebró antes de la procesión del día grande de las fiestas de San José Obrero.