Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

El Ayuntamiento de Mieres decidió, en el verano de 2009, que los edificios que conformarían el nuevo barrio de la Mayacina tendrían una estética moderna y atractiva. Para ello, se convocó un concurso arquitectónico de ideas, dotado con un presupuesto de 232.000 euros. El objetivo era conseguir un entorno sugestivo que llamara la atención a vecinos y visitantes. Finalmente se ha logrado suscitar un debate, pero el resultado está más próximo al vituperio que a los elogios. De hecho, el actual Gobierno local se ha hecho eco de la extendida reprobación que ha suscitado la envoltura del edificio que ya está construido en las inmediaciones de la glorieta del puente de Siana. Los responsables municipales encargaron recientemente a los técnicos de la casa una inspección urbanística para constatar que el proyecto ejecutado por la empresa OCA se amolda a los establecido en los planos. «El informe ha sido positivo, por lo que en principio no tomaremos ningún tipo de medida», explicó la concejal de Urbanismo, Olga Álvarez.

El aspecto exterior del edificio que Sepes término de construir el pasado año en la calle Valeriano Miranda ya generó en su momento críticas, pero en ningún caso las quejas llegaron a extenderse tanto como ahora sucede con el inmueble construido en zona oeste del futuro barrio. Se trata, además, de la promoción más espaciosa del ensanche urbano. En este edificio vivirán 200 familias. El proyecto elaborado por Temperaturas Extremas Arquitectos planteada una edificación con un cierre «acristalado que aumente la captación solar para evitar pérdidas térmicas». La recreación virtual mostraba armónicas y finas placas de colores colocadas como cierre de un espacio de galerías superpuestas. Este planteamiento se ha quedado en planchas de poliester, en vez de lo que parecía que sería metacrilato.

La concejalía de Obras sostiene que los materiales usados responden a lo planteado en el proyecto. «Se establece que el cierre exterior debe hacerse con placas translucidas, sin especificar que sean transparentes, por lo que la empresa ha cumplido aparentemente con este requerimiento», explicó Olga Álvarez. Los arquitectos que desarrollaron el proyecto los vincularon a la «más tradicional de la arquitectura asturiana». Los vecinos ya se pronuncian por sí mismos con ironía.