Pola de Lena,

C. M. BASTEIRO

El iconostasio de Santa Cristina de Lena está bajo control. La Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias, a través de la Dirección General de Patrimonio, examina desde hace más de una década la estabilidad de esta pieza arquitectónica, la más emblemática de esta iglesia considerada la joya del Prerrománico Asturiano en las Cuencas.

Once testigos en las fisuras detectadas en el iconostasio dan fe, año tras año, de la estabilidad. El elemento arquitectónico está formado por una triple arcada de medio punto que se sostiene sobre columnas de mármol y capiteles y al que se accede por dos pequeñas escaleras adosadas a los muros laterales. Además de los testigos en las fisuras, también lo vigila de cerca Inés Faes, guardesa y guía de la iglesia desde 1985, porque «es la parte más característica de Santa Cristina». La pieza se construyó con el fin de separar la nave del presbiterio, la zona de los sacerdotes que oficiaban el culto, del lugar en el que se situaban los feligreses.

De momento, el iconostasio no corre peligro. El arquitecto Jorge Hevia, que ha redactado el proyecto para la última restauración del templo prerrománico de Lena, explicó que «se detectaron en el iconostasio una serie de fisuras hace años, pero desde entonces se han vigilado y de momento no han dado ningún problema». Mientras siga así, la Consejería de Educación Cultura descarta actuar en esta pieza y en el interior de la iglesia prerrománica. «Solo en el caso de que hubiera algún riesgo para el iconostasio tendría que acometerse una obra en el interior del templo, pero de momento no lo hay», destacó el arquitecto Jorge Hevia.

La última rehabilitación de Santa Cristina de Lena, aún pendiente de remates, se centró en las fachadas y el tejado de la iglesia, que incluso llegó a tener goteras. Dentro del templo, tan solo se construirán tres zócalos para los vanos que se destaparon durante la obra de restauración (de uno de ellos no había constancia documental y fue todo un descubrimiento) y que dan una nueva luz a la pequeña y emblemática ermita. En el exterior, los trabajos se centraron en el cambio de varios sillares que estaban demasiado deteriorados para seguir resistiendo el paso del tiempo y una mejora de la cubierta para evitar las goteras y humedades.

Fue una rehabilitación muy esperada por el Ayuntamiento de Lena y que supuso una inversión de 123.200 euros llevada a cabo por la Consejería de Educación y Cultura. No obstante, las obras no se libraron de la polémica. Primero por el calendario elegido: el templo se cubrió de andamios en plena temporada turística, cuando había más visitantes. Y después por los trabajos realizados, ya que muchos visitantes criticaron la colocación de sillares nuevos «que desentonan» con el resto en las fachadas.

Santa Cristina lo resistió todo, y ya supera los dos mil visitantes desde junio. Desde la Oficina de Turismo de Lena aseguran que ha seguido siendo uno de los lugares más visitados por los turistas que pasan sus vacaciones en las comarcas mineras o que pasan por ellas. No obstante, un año más, también se han repetido las quejas por la falta de señalización del monumento. Se trata de una vieja reivindicación que el Ayuntamiento de Lena ya trasladó al Ministerio de Fomento en mayo de 2010 y que aún hoy sigue sin recibir respuesta.

«Hay gente que pasa por la autopista que conduce a Meseta sin saber que hay una joya del Prerrománico Asturiano a pocos metros de ella», destacó Inés Faes, guardesa y guía del templo. La iglesia de Santa Cristina de Lena fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985. Desde entonces, Santa Cristina recibe cerca de 10.000 visitas anuales.