Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

Los cormoranes se han hecho de nuevo los amos de los cauces fluviales de la comarca del Caudal. Tras un par de años en las que el crecimiento de la población de estas aves estuvo más o menos controlado, en los últimos meses ha sufrido un espectacular repunte. Así lo atestigua la asociación allerana de pescadores «El Maravallu». «La presencia de cormoranes está actualmente en unos niveles nunca antes alcanzados en el Caudal», destaca José Luis Augusto, secretario de este colectivo. Ante esta evidencia, el Gobierno del Principado ya ha informado a las asociaciones de pescadores que de manera urgente iniciará una campaña de exterminio. Los colectivos, hastiados de que no haya suficientes truchas en los ríos pese a las continuas repoblaciones, incluso se han ofrecido, en caso de ser necesario, a sufragar la compra de munición para las inminentes batidas.

El tramo de pesca sin muerte del río Caudal es uno de los puntos donde la presencia de los cormoranes, para disgusto de los numerosos aficionados al deporte de la caña, se hace más copiosa. «El punto donde se detecta una mayor concentración es en los alrededores del puente de Santullano», explica José Luis Augusto. Los pescadores afirman haber llegado a divisar concentraciones de cerca de medio centenar de aves en un tramo de río no superior a los 200 metros de longitud. Para las truchas, poco menos que un campo de minas. El Principado pretende poner freno a esta proliferación de aves acuáticas que acaban con la fauna piscícola. La guardería tiene previsto iniciar en pocas semanas una campaña de batidas. El problema, según las fuentes consultadas, es que el tramo sin muerte del río Caudal está considerado como una zona de seguridad debido a su cercanía a la autovía, zonas industriales y sobre todo residenciales. De esta forma, los cormoranes deberán ser abatidos en los afluentes, dificultando notablemente las actuaciones.

La campaña del control de cormorán que abordará en breve el Principado coincide con el anuncio de que la consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos habilitará una zona de pesca libre sin muerte en el Caudal a su paso por el casco urbano de Mieres. Este espacio, de unos 500 metros de longitud, comprende el tramo de río entre el puente de La Perra y la cinta del lavadero de El Batán. La propuesta partió precisamente de la asociación allerana de pescadores «El Maravallu», quien lo había solicitado durante la celebración del Consejo Regional de Pesca ante la demanda de los propios pescadores y por los bajos índices de ocupación que presentaba el coto de pesca sin muerte de Mieres.

El coto de pesca sin muerte del río Caudal ha perdido en los últimos años gran parte de su enorme capacidad de convocatoria. Buena parte de la culpa la tienen los cormoranes, que han esquilmado la población de truchas. Los pescadores sostienen que la presencia de cormoranes en los ríos de la comarca es en estos momentos un problema que parece insalvable. Las batidas selectivas que con anterioridad anunció el Principado para reducir el número de estas aves no han aliviado la situación según los aficionados, por lo que no hay mucho optimismo ante este tipo de iniciativas. Es más, los pescadores aseguran que sólo en el río Caudal el recuento de cormoranes ha llegado en ocasiones a superar la cifra de 400, aunque reconocen que hacer un recuento exacto es prácticamente imposible.

La Real Asociación Asturiana de Pesca también sostiene que las iniciativas que se han adoptado para intentar reducir la colonia de cormoranes que habitan en los ríos de la comarca han resultado estériles. Estas aves llevan en el punto de mira de los pescadores desde hace varios años. Su voracidad, según los aficionados, puede ilustrarse perfectamente con cifras. Calculando el número de repoblaciones que se han realizado, se estima que más de un millón de truchas han sido eliminadas por los cormoranes. Las labores de encauzamiento y limpieza permitieron que en 1996 el tramo del Caudal que discurre junto a la ciudad de Mieres estuviera repleto de truchas de buen tamaño.