Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

El Ayuntamiento de Mieres tiene repartidos por todo el municipio inmuebles sin uso cuyo valor se acerca a los cuatro millones de euros. La citadas dependencias incluyen antiguos colegios, museos, explotaciones mineras, perreras, oficinas e instalaciones deportivas. El recuento de instalaciones en desuso se acerca a la veintena, aunque hay una decena de casos especialmente significativos. Las ya vacías dependencias de Correos, las escuelas turonesas de Villapendi, La Salle y La Veguina, la Casa Duró, el polideportivo de Rioturbio, el chalé de Figaredo, el pozo Santa Bárbara, la nueva perrera de Polio y el edificio de servicios de la Ciudad de Tenis integran un bloque de espacios muertos cuya valoración inmobiliaria es de 3,7 millones de euros.

Las antiguas dependencias de Correos, en la calle Valeriano Miranda, han sido las últimas instalaciones en pasar a engrosar el listado de inmuebles en desuso. Quedaron vacías el mes pasado tras concluir la entidad postal un largo proceso de traslado. El complejo incluye un sótano, una primera planta y tres pisos. En total, las dependencias están valoradas en 427.000 euros, según las estimaciones del propio Ayuntamiento. El Gobierno local pretende que el inmueble pase a albergar varios servicios municipales, como el telecentro, Consumo, Ganadería o Medio Ambiente.

La Casa Duró, el principal centro de exposiciones de Mieres, lleva ya un año cerrada. El edificio y su finca están valorados en 470.000 euros. El Gobierno local aún no tiene claro que hacer con el inmueble, aunque el objetivo es poder reabrirlo en breve. La Asociación Cultural Santa Bárbara ya presentó el pasado mes de junio por registro una solicitud para asumir su gestión. Algo más de tiempo lleva sin actividad el polideportivo de Rioturbio (768.000 euros de valor). La asociación de vecinos era la encargada de atender estas instalaciones que, ante el aumento en la oferta de equipamientos deportivos en el concejo, se quedaron con pocos socios. De esta forma, a finales de febrero de 2011 el polideportivo quedó fuera de servicio. Se puso el candado y así sigue desde entonces. El chalé de Figaredo también se ha vuelto una carga para el Ayuntamiento de Mieres. La antigua sede del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad de Oviedo lleva seis meses cerrada. Esta valorada en 354.274 euros y los portavoces municipales consultados por este diario explicaron que en estos momentos el Consistorio «no cuenta con ningún proyecto para dotar de contenido a la instalación».

Turón es sin lugar a dudas el valle del concejo que se lleva la palma a la hora de ofrecer instalaciones municipales sin uso. El Colegio de Nuestra Señora de Covadonga (La Salle) (300.000 euros de valor) se inauguró en 1917 y estuvo abierto hasta el año 2005. Debería haber pasado a ser la sede del nuevo centro de salud, pero el proyecto se ha bloqueado. Las antiguas escuelas de La Veguina (118.771 euros) y de Villapendi (304.000 euros) también están vacías. En este último caso, la asociación de vecinos ha solicitado la cesión del edificio para reconvertirlo en un centro social.

Los farragosos trámites para rehabilitar el pozo Santa Bárbara parecen haber concluido finalmente, hay dinero, pero no está claro el objetivo de la obra. El Ministerio de Cultura invertirá 922.544 euros en un complejo valorado en 357.000 euros. Las tareas de mejora se limitan a una parte de los antiguos inmuebles mineros y, además, el Consistorio aún no tiene definidos los contenidos que tendrá en el futuro el pozo, cerrado en 1995.

El valle de Turón tiene, por último, dos equipamientos sin estrenar. Se trata del edificio de servicio de la Ciudad del Tenis (210.000 euros) y de la perrera de Polio (400.000 euros). Esta última podría ser incluso derribada por defectos de obra.

Entre los inmuebles que el Ayuntamiento de Mieres tiene actualmente en desuso se encuentran dos edificios catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC). Se trata de Casa Duró (en la fotografía de la izquierda) y del pozo Santa Bárbara (sobre estas líneas), conocido popularmente como La Rabaldana. El Gobierno local tiene en cuenta estas singularidades y recientemente ha solicitado a la Consejería de Cultura información sobre posibles restricciones de uso debido precisamente a la protección que tienen ambas instalaciones.