Si Horacio Fernández Inguanzo levantara la cabeza y viera el trabajo que los más de 130 alumnos del colegio que lleva su nombre en la Foz de Morcín realizaron junto a sus padres, estaría orgulloso. Los pequeños finalizaron ayer un proyecto en el que comenzaron a trabajar en septiembre y en el que los padres fueron esenciales. Entre todos han decorado todas las paredes del patio del centro educativo, una obra en familia que se mantendrá en el tiempo.

Begoña Palacio, directora del colegio, mientras observaba el trabajo de padres y alumnos, explicó que «a principios de curso hicimos una asamblea con todos los niños y allí surgió este proyecto de aprendizaje». Decidieron que «iban a organizar las zonas de juego del patio, y también establecer turnos para jugar a otras cosas que no sean solo fútbol». Además, acordaron pintar diversos juegos en el suelo para los alumnos más pequeños. La directora destacó que «el mal tiempo hizo que no pudiéramos culminar esta última parte del proyecto cuando teníamos previsto. Pero a alguien se le ocurrió que mediante jornadas de convivencia podríamos hacerlo, y para involucrar a los padres pensamos que podríamos no solo pintar el ajedrez o el twistter en el patio sino también las paredes». «Obtuvimos una respuesta muy buena de los padres y desde hace diez días, vinieron equipos de entre 10 o 14 padres que se dedicaban a ir preparando los murales, que hoy -por ayer- están acabando los alumnos», apuntó Begoña Palacio.

Entre los alumnos que estaban pintando estaba Julián García, de sexto de Primaria. El pequeño bromeaba con que se salía «un poco de la raya» a la hora de pintar los dibujos, mientras que su madre Isabel Guerra, también disfrutaba de la actividad. «Los peques son buenos profesionales», indicaba Isabel, pincel en mano. Julián es uno de los mayores del colegio, y este es su último curso, pero el trabajo realizado en los muros del colegio también lo disfrutará su hermana pequeña, que entrará en la escuela de La Foz el próximo curso.

También Jorge e Isaías Pereira formaban parte de la cuadrilla de pintura. «La experiencia es muy buena, porque los que trabajamos no tenemos mucho tiempo para pasar con los nenos y además estableces relaciones con otros padres», explicaba Jorge, mientras su hijo pintaba la nariz de un animal en el muro.

El alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, también pasó por el colegio para ver el resultado final del trabajo. «Es una iniciativa excelente en la que estamos orgullosos de colaborar», destacó el alcalde de Morcín.