Los ganaderos del monte Llosorio, en Mieres, están preparando un calendario de movilizaciones ante la «falta de control» del Gobierno regional sobre la población de lobos en la zona. Aseguran que, desde enero, han perdido 55 reses en ataques de cánidos salvajes y están convencidos de que la Administración no les hará caso «hasta que nos convirtamos en un auténtico problema».

Los ganaderos del monte mierense tomaron esta drástica determinación a la salida de una reunión con la directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez. Durante el encuentro, la responsable regional «tuvo muy buenas palabras para nosotros, fue muy agradable, pero a la hora de establecer un plan de actuación empezó a dar marcha atrás». «Creemos que no está tomando en serio nuestro problema con los lobos, que es muy grave, y ahora queremos que el Gobierno regional también empiece a tener un problema», añadieron.

La gestión del monte Llosorio está en manos de ganaderos desde 1968. Fue entonces cuando los terrenos fueron adquiridos por las parroquias de Lloreo, Seana, Gallegos y Cuna. La extensión de los terrenos se extiende desde los túneles de la N-630 a la altura de Morcín hasta los límites con Pola de Lena, una zona que no está incluida en el plan de gestión del lobo en Asturias. «Este es el primer punto que hay que revisar y cambiar, tal y como hicimos ver a la directora general de Recursos Naturales», explicaron ayer los portavoces del colectivo.

Los ganaderos mantienen que los lobos «no entienden esos límites que se marcan» y que llegan al monte Llosorio a través de la Sierra del Aramo, un monte que sí está considerado una zona lobera y se incluye en los planes de control. «Sabemos de sobra que aquí hay lobos, el Gobierno regional también lo sabe porque ha reconocido daños, pero no hacen nada útil para ayudarnos y nuestra situación se está volviendo desesperada», señalaron los ganaderos.

La Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado tomó medidas excepcionales en Llosorio el año pasado. La Guardería del Principado inició un plan de vigilancia y control de la población de cánidos salvajes, después de que el Principado atendiera las antiguas reivindicaciones de los ganaderos de la zona. Esta actuación, según los profesionales del sector pecuario, no da resultado y piden medidas más drásticas. Si no reciben respuesta, iniciarán las movilizaciones durante las próximas semanas. No adelantan en qué consistirán las protestas pero alertan de que están dispuestos «a todo» para defenderse.