La campaña para evitar la repatriación de la niña senegalesa acogida en Mieres desde hace cuatro años por María Luisa Alonso ha recogido ya 50.000 firmas de apoyo en un portal de internet. La Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Principado pretende que la pequeña regrese a su país argumentando el «respeto a la voluntad de sus progenitores». Sin embargo, María Luisa Alonso se niega a dejar marchar a la niña asegurando que, «si se va, la matan». Esta mujer lleva meses recabando apoyos para evitar la repatriación de la niña, de 10 años. Entre las diferentes iniciativas desarrolladas se encuentra la recogida de firmas en el portal «change.org» encabezada por Adrián Arboleya, uno de los entrenadores de baloncesto de la menor en Mieres.

En 2009, María Luisa Alonso ayudó al padre de la niña, que entonces tenía seis años, a traerla a España y la acogió en su casa. En cuanto la niña llegó a Mieres, su progenitor comenzó a agredirla frecuentemente, según la versión de Alonso, que se enfrentó al hombre. Desde entonces, la pequeña sólo pasaba los fines de semana con su padre y, según la mujer que la acogió, pasado un año la menor llegó después de una de esas estancias «con marcas en el cuello». Según la madre de acogida, la niña le acabó por confesar que su padre le hacía «cosas feas» y que la «tocaba por las noches», por lo que denunció los hechos ante el Juzgado. El forense determinó que no había suficientes pruebas de la agresión y el caso fue archivado, aunque se decretó una orden de alejamiento contra el padre. En ese momento, el Principado determinó que la niña estaba en situación de desamparo y concedió a Alonso su guardia provisional. El plazo venció el pasado mes de abril, cuando el Principado comunicó a Alonso que debía «colaborar en el proceso de repatriación», citando el «respeto a la voluntad de sus progenitores». También se le presentó una propuesta para trasladar a la menor al hogar de unos tíos en Navarra para que la niña se vinculara con su familia, lengua y cultura antes de regresar a Senegal en diciembre.

María Luisa Alonso se negó en rotundo, y llegó incluso a contar con una declaración firmada de la madre de la menor en la que le concedía la tutela de su hija «hasta que termine los estudios». El documento, sellado por el Consulado de España en Dakar, «es de dudoso valor» para el Principado, que sólo admitió que podría servir como autorización de carácter anual para que la niña esté en Mieres durante el curso escolar, volviendo a Senegal en verano. La mierense también se niega a esta solución ante las represalias que teme que ejerzan los familiares de su padre por las denuncias. La campaña de firmas aún permanece activa y de momento hay casi 50.000.