El Museo de la Lechería de Morcín no llegará a abrir sus puertas. Cuando se cumple justamente un lustro desde la finalización de las obras de construcción del edificio, enclavado en la localidad de La Foz, el Alcalde morciniego, Jesús Álvarez Barbao, ha decidido renunciar al desarrollo de un proyecto que nació como una de las grandes esperanzas de reconversión para el concejo. El motivo, económico. El inmueble, construido aprovechando las antiguas tolvas del Pozo Monsacro, aún está sin equipar después de cinco años y aunque ahora se encontrase dinero para dotarlo de contenido, el Consistorio no podría asumir su gestión. Por ello, Álvarez Barbao se ha plantado y renuncia al complejo museístico. Eso sí, el Alcalde socialista pretende darle uso al edificio y utilizarlo como espacio de usos múltiples para las asociaciones del concejo, y como nueva sede del actual Museo de la Lechería, una pequeña muestra que gestiona un colectivo local.

"Hay que ser claros y no es una decisión fácil de tomar, pero aunque encontrase fondos para el equipamiento del Museo de la Lechería, yo no puedo cargar al Ayuntamiento los 150.000 euros anuales que constaría su mantenimiento y, por lo tanto, ante la situación económica me veo obligado a renunciar", aseguró a este diario Jesús Álvarez Barbao. Resignado, el Alcalde indicó que "en los tiempos que corren hay otros servicios prioritarios y además estamos sujetos a un plan de ajuste que nos impide salirnos ni un milímetro del guión". "¿Qué voy a hacer? ¿Cerrar la escuela de 0 a 3 años o el centro de mayores?", se preguntó Barbao, quien indicó que "aunque me costase las elecciones esta decisión, me iría para casa con la cabeza alta y con la conciencia bien tranquila".

El Alcalde reconoció que "en este caso todos nos hemos equivocado, yo también, por su puesto, pero intentamos hacer un proyecto al que no hemos podido llegar, también por la falta de recursos, ya que fracasó la partida de 800.000 euros de los fondos con los que se iba a equipar el centro". Por ello insistió en que "hoy por hoy, y viendo las perspectivas y la incertidumbre que se arroja respecto al futuro económico del país, es inviable sacar adelante el proyecto y no habrá museo de la Lechería".

Pero Jesús Álvarez Barbao sí ha preparado alternativas para que el edificio, en cuya construcción se invirtieron más de medio millón de euros, deje de ser un equipamiento "fantasma" como ha sido durante estos últimos cinco años. El regidor pretende acondicionar la zona una vez que se terminen las obras del colector del río Riosa que se están ejecutando y convertir el inmueble en un centro de usos múltiples para las asociaciones del municipio. "Tenemos muchas asociaciones y muy buenas, que organizan numerosas actividades y que tendrían en este edificio un lugar perfecto para celebrar sus reuniones y los actos que consideren oportunos".

A modo de ejemplo, el regidor puso a la Cofradía de Amigos de los Nabos, ofreciéndoles el edificio para celebrar su gran capítulo, toda vez que el Arzobispo de Oviedo prohibió la celebración del evento en el interior de la iglesia parroquial.

Además, el Alcalde tampoco se olvida del todo del ámbito museístico, y entre sus planes también figura reservar una de las plantas del edificio para trasladar el actual museo de la lechería gestionado por una asociación local. "Los 'amigos de los Quesos' tienen un buen material y piezas muy interesantes que se podrían trasladar a este nuevo edificio para que fuese sede permanente de este museo", indicó Jesús Álvarez Barbao.