La asociación "Amigos de la Camelia" está convencida de que Turón puede ser algo más que un valle minero, puede convertirse en el valle de las camelias. Para conseguir este objetivo, la entidad lleva diez años celebrando una exposición nacional dedicada a esta planta que, en su actual edición, ha conseguido reunir a casi medio centenar de productores llegados desde Galicia y Asturias.
Juan Carlos García, presidente del colectivo, se mostró "satisfecho" por la buena acogida del certamen, "donde ocupamos más de cien metros cuadrados de exposición, además, la participación ha sido muy alta". El certamen no se quedó únicamente en la exhibición de camelias, sino que al cumplir una década, la organización trató de ir a más. "Queremos recuperar el derecho de poznera, una tradición del siglo XVI que permitía a los particulares plantar un árbol en terreno público haciéndoles propietarios de esa planta, eso podemos repetirlo ahora con nuestros expositores, que son los mejores del mundo, para que dejen su huella en el valle", explicó. Por ello, ayer se plantaron cuatro especies en el valle de Turón que se sumaron a los más de noventa árboles que han sido sembrados estos diez años.
Entre los expositores que participaron en el certamen turonés se encontraba la niña Ana Fernández, de once años y natural de Porriño (Galicia). Esta pequeña es la expositora más joven de Europa y se sumergió en el cultivo de la camelia "porque mi madre y mi abuela ya se dedicaban a ello". En la actualidad, la niña tiene más de 150 especies distintas de camelia "y espero mejorar mi colección", subrayó.
Antonia Torrado, de Vilagarcía (Galicia), es una habitual de estas ferias. "Llevo mucho tiempo cultivando camelias, aunque centrada en ellas sólo los últimos cinco años", explicó. Torrado comenzó a cuidar estas plantas por su trabajo: "Estaba en una finca con muchas plantas, sobre todo camelias, y al final me acabé enganchando". Otro productor encantado por las camelias es Abelardo Barcada, de Rubianes (Galicia). "Llevo cultivando estas plantas desde que era muy pequeño y tengo como unas cien variedades, no quiero tener más porque lo que me interesa es mejorarlas", destaca. En cuanto a la participación en estas exposiciones, Barcada apunta que "me gusta mucho venir a estas exhibiciones porque no hay competición".
