El Sindicato Independiente de la Policía Local (SIPLA) de Mieres, tras la reunión de la junta de personal que la semana pasado acabó con un colérico enfrentamiento con el concejal de Personal, señaló ayer al Alcalde como responsable directo de estos hechos y del clima de tensión laboral que se respira en el seno de la Policía Local: "Este sindicato ha denunciado ante el Alcalde las continuas mentiras trasladadas por el concejal de Personal a lo largo del año y medio de negociación del nuevo convenio, mentiras e ineficacia que le han sido comentadas, como máximo responsable de la Policía Local de Mieres, además de haberle solicitado en multitud de ocasiones la sustitución del citado edil por un interlocutor válido que pudiera afrontar los distintos problemas relacionados con este colectivo", apuntaron los responsables de la central.

El SIPLA reprocha a Aníbal Vázquez que no haya buscado soluciones: " Actúa con pasividad, al tratar de ver todos los problemas desde la distancia, sin implicación, evitando responsabilidades, delegando funciones en personas totalmente incompetentes para desarrollar las labores encomendadas y olvidando el compromiso inherente a su cargo, como máximo dirigente del consistorio mierense".

Estas críticas llegan después de que el comité de empresa del Ayuntamiento de Mieres pidiera al Gobierno local que ejecute el convenio laboral que se firmó el pasado mes de junio y cuya tramitación está bloqueada a la espera de que el documento quede respaldado por los obligatorios informes técnicos, algo que, según los datos que se maneja a nivel interno, todo indica que no sucederá. El Gobierno local fue tajante al remarcar que no dará luz verde al acuerdo mientras los funcionarios de mayor rango no lo den de paso. Esta postura quedó fijada la semana pasada en el transcurso de una reunión muy crispada. Hubo gritos, insultos, amenazas y mucha tensión. El SIPLA fue quien protagonizó el enfrentamiento más tenso, con un furibundo encontronazo con el concejal de Personal, Juan José Menéndez. Algunos de los presentes afirmaron posteriormente que hubo momentos en los que temieron que la discusión terminará en un enfrentamiento físico.