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ELISABETH ORTEGA | Psicóloga del Centro de Rehabilitación de Drogodependencias de Mieres

"La mujer con adicciones encuentra en la familia menor comprensión que el hombre"

"El hecho de ser drogodependiente es motivo de exclusión en las casas de acogida de maltratadas y eso debe cambiar, están desprotegidas"

Elisabeth Ortega. j. r. silveira

La psicóloga Elisabeth Ortega es la directora del Centro de Rehabilitación de Drogodependencias (RED) de Mieres, un equipamiento que depende de la asociación "Buenos Amigos". Ha liderado la evolución de la entidad, que nació para tratar el alcoholismo y actualmente se ocupa de todo tipo de adicciones. El colectivo celebró ayer las II Jornadas Municipales en Drogodependencias, que este año se han centrado en las mujeres que sufren una adicción. El RED lleva ya meses trabajando en un programa específico para ayudar a las usuarias, tratando desde la raíz los problemas concretos que encuentran a la hora de desintoxicarse. Han recorrido una parte del camino, pero Ortega asegura que aún queda mucho trabajo por hacer.

-¿Cuáles son las diferencias entre un hombre que sufre una adicción y una mujer en la misma situación?

-Una mujer con adicciones tiene, generalmente, menos comprensión en la familia que el hombre. Además, las mujeres tienen una presión muchísimo mayor. Así, por ejemplo, tienden a beber a escondidas, por lo que cuando piden ayuda a veces es muy tarde. El hecho de no tener en cuenta estas peculiaridades de la mujer, hace que muchas veces las perdamos por el camino.

-¿Cuál es el perfil más frecuente de mujer que tiene adicciones?

-Una parte acuden derivadas a través de salud mental y refieren casos de adicción a benzodiazepinas (psicotrópicos para el tratamiento de la ansiedad) con otras sustancias. Justifican la adicción en ese problema de salud. En lo que se refiere al entorno familiar, suelen ser mujeres separadas o viudas. O con una relación sentimental inestable. Muchas aseguran que su pareja ha consumido o consume alguna sustancia. También refieren violencia de género y, en ciertos casos, abusos en la infancia.

-¿Cómo debe ser la intervención para una mujer con problemas de violencia de género y drogodependencias?

-Es uno de los retos que vamos a afrontar durante el próximo ejercicio. Queremos dar a conocer, como ya hemos hecho a través de las jornadas, la cantidad de obstáculos que encuentra una mujer drogodependiente cuando denuncia los hechos. Muchas veces, en realidad, no se atreven a denunciar porque creen que nadie va a creer lo ocurrido. Incluso hay quien las etiqueta y quien, entre comillas, justifica esa violencia. Queremos desmontar eso. El hecho de tener una adicción no justifica que su pareja pegue o dañe. Las drogodependencias no justifican, en ningún caso, la violencia de género.

-¿Encuentran respaldo en los organismos oficiales?

-Nosotros, desde el RED, queremos involucrar a todos los organismos que intervienen en estas situaciones. Guardia Civil, juzgados... Actualmente, las mujeres con estas problemáticas están prácticamente desprotegidas. Hay que tener en cuenta que, el hecho de ser drogodependiente, es motivo de exclusión en las casas de acogida de las mujeres maltratadas. Esto tiene que cambiar. Por lo general, llegan al centro con un sentimiento de culpa y fracaso muy arraigado. Sobre todo, relacionado con su rol de madre. Tienen una total falta de autoestima, explicada a través de reproches y autoetiquetas hacia sí mismas: "soy una fracasada", "no valgo nada".

-¿Esa victimización está relacionada con la presión familiar que comentaba antes?

-En cierta forma, lo que dicen es verdad. Porque a ellas se les pone más presión en la vida. El hecho de tener hijos al cargo, por ejemplo, es un factor que las obliga a esforzarse más.

-¿Ha aumentado el número de mujeres en el Centro de Rehabilitación de Drogodependencias?

-No te puedo decir que el porcentaje sea igual (mitad hombres, mitad mujeres), pero el número aumentó considerablemente. El no haber tenido en cuenta sus peculiaridades había hecho que muchas abandonaran el tratamiento o volvieran al consumo.

-¿Puede estar relacionado este aumento con la crisis?

-No consideramos que la situación económica aumente el número de adicciones, ni en hombres ni en mujeres. Sí es cierto, en cambio, que hace que muchas personas se refugien más en sustancias por la presión que añade el encontrarse en un momento económicamente difícil. La crisis puede agravar una adicción que ya existía.

-¿Sigue bajando la media de edad de los usuarios?

-Seguimos recibiendo a gente de entre 45 y 55 años, pero la media de edad ha bajado. En este momento, estamos atendiendo a mujeres de 35 y 40 años. Hablamos de mujeres con problemas graves, tanto con alcohol como otras sustancias; heroína y cocaína sobre todo.

-¿Qué momento atraviesa el centro RED?

-Bueno, con una media de más de veinte usuarios. Además, hemos emprendido nuevos proyectos y recibimos a usuarios derivados de Villabona y de unidades de desintoxicación, como la del Naranco. El cambio está siendo significativamente positivo. Esperamos recibir más apoyo para poder afianzar un equipo capaz de afrontar los nuevos retos.

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