Santa Bárbara, un pozo de ideas

Un grupo de expertos formado por ingenieros, arqueólogos e historiadores estudia las posibilidades de aprovechamiento de la mina turonesa una vez restaurada

José Ramón Fernández Molina, Irene Díaz, Carmen Adams, José Luis Soto, Gumersindo Fernández y Jordi Vives, ayer, en el pozo Santa Bárbara. J. R. SILVEIRA

La restauración del pozo Santa Bárbara del valle de Turón, la única explotación minera declarada como Bien de Interés Cultural, está a punto de pasar por el ecuador. Sin embargo, aún no se conoce el uso que van a tener estas instalaciones en el futuro. Por eso, el arquitecto José Manuel Fernández Molina, encargado del proyecto de restauración del pozo, está reuniendo a un grupo de expertos encabezado por ingenieros, historiadores y arqueólogos con el objetivo de estudiar las posibilidades de esta explotación una vez terminados los trabajos.

"No parece necesario hacer el enésimo museo de la minería", destacó ayer Carmen Adams, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo. En su opinión, "hay que musealizar lo sublime, algo parecido a lo que ocurre con el campo de concentración de Auschwitz o con la casa de Ana Frank, donde la gente hace cola para sentir el dolor que hubo allí, y en el pozo Santa Bárbara también hubo mucho sufrimiento, estoy convencida de que esa idea se puede trasladar aquí". Una línea muy similar a la expresada por la historiadora Irene Díaz, vinculada al Archivo de Fuentes Orales. "Cualquier espacio necesita estar humanizado, por eso mi interés es documentar el proceso, porque en esta mina había mujeres y hombres trabajando", afirmó Díaz, que destacó que "también es interesante ver cómo vivía la comunidad de esta zona, la relación con la mina y el carbón, sin dejar de lado el presente y el futuro, la vida sin tanta dependencia del mineral o lo que esperan los vecinos de esta rehabilitación".

En un contexto más amplio habló el catalán Jordi Vives, doctor ingeniero industrial y experto en patrimonio industrial, que ha colaborado con José Manuel Fernández Molina en diversos proyectos museísticos y de rehabilitación. "No se puede olvidar su integración en el valle, hay que plantear un sistema de usos que no sea estrictamente del pozo Santa Bárbara, sino que englobe al valle de Turón, incluso que conecte con Mieres", manifestó Vives destacando que, con su experiencia en el campo de la museología "hay que estudiar lo que se va a hacer pensando siempre en sacar riqueza al patrimonio del modo más eficiente, porque hay que evitar el peligro de que todo se convierta en museos, que tienen unos costes de inversión y mantenimiento muy altos". Para Vives, "se le pueden dar otras dimensiones a través de las actividades que se desarrollan en la Universidad o en las industrias que están desarrollando tecnologías". A las aportaciones de estos expertos, que ayer visitaron el pozo, también se sumarán arqueólogos como Alejandro García y la colaboración de la asociación Santa Bárbara y el Ayuntamiento de Mieres, entre otros.

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