Los ecologistas consideran que las administraciones "llevan 25 años engañándonos con Sama-Velilla". Así de rotundo se mostró Ignacio Martínez, de la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA), durante una ponencia que ofreció en la Casa de Cultura de Pola de Lena. El coloquio, organizado por el círculo de Podemos en el concejo, llevó por título "Costes ambientales de la energía en Asturias" y se completó con la intervención de Paco Ramos, miembro de Ecoloxistes n'Aición d'Asturies.

"Cuando se planificó esta línea, estábamos en un momento social alcista, nos parecía que todo iba a ser poco", explicó Martínez. De hecho, tal y como aseguró, se planificaron nueve centrales térmicas para Asturias y, finalmente, tan sólo se construyeron dos emplazadas en el mismo lugar: las centrales de Soto de Ribera.

Los ecologistas, no obstante, "siempre dijimos que esta infraestructura estaba de más". En este punto, Martínez explicó que "actualmente estamos por los 120.000 megavatios, y solo se utiliza una tercera parte". Una idea que respaldó Paco Ramos con un ejemplo gráfico: "Hace dos inviernos, se cayó la línea de Pajares durante veinte días. Nadie notó nada, la distribución de energía siguió con normalidad", aseguró.

El Gobierno central, prosiguió Martínez, "vio en 2011 que todo era un disparate". Fue entonces cuando el PP pidió un tiempo para reordenar la red de líneas en el país y dejó aparcada Sama-Velilla. Un aplazamiento que ahora se ha hecho más firme, al no incluir este tendido en el plan energético 2015-2020.

"Es una buena noticia, pero es temporal", destacó el responsable de ANA. De hecho, "Lena y Aller tienen un problema, que es que forman parte de la franja no protegida para el paso de infraestructuras", añadió. En este punto, explicó que la planificación de espacios protegidos de la región "dejó un pasillo abierto para el paso de infraestructuras, aunque no hay ninguna justificación para que ese pasillo sea en la Montaña Central".

La "desprotección" de Lena y el posible paso de Sama-Velilla por el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa era la principal preocupación entre el público. Según Martínez, "las líneas de alta tensión pueden acarrear muchos problemas. Tanto medio ambientales como para la salud de las especies que habitan en un espacio y para vecinos".

Otros peligros, también cuantificables, son el riesgo de pérdidas en la actividad económica o el daño en el patrimonio. Un ejemplo es la línea Boimente-Pesoz y las alegaciones, hasta ahora aceptadas, presentadas en los Oscos. "Muchos vecinos, con el gobierno de Santa Eulalia (PSOE) a la cabeza, hicieron ver a la Administración que la zona perdería en riqueza natural y esto afectaría muy negativamente al turismo rural", destacó. Otro caso es el daño de patrimonio, especialmente arqueológico: "Se han dado casos más que sangrantes durante la construcción de líneas que ya están en marcha", zanjó Martínez. Paco Ramos resumió, de una forma muy concreta, cual es el sentir de la entidad a la que representa: "Sama-Velilla nunca fue necesaria, ahora menos que nunca".