El presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), Roberto Hartasánchez, lamentó ayer que el tribunal de León haya archivado la causa por la muerte por envenenamiento de 37 buitres leonados en el entorno del puerto de Pajares en 2012 al no encontrar al autor de los hechos. Algo que, como destacó, suele ocurrir con cierta frecuencia, "o los pillas infraganti o es difícil poder identificar quien hace el envenenamiento".

Algunos de los buitres que se encontraron envenenados formaban parte de un programa de conservación de aves carroñeras en Asturias desarrollado por FAPAS. Se les había instalado un emisor vía satélite para estudiar su interacción con los parques eólicos. Aún así, la entidad no se personó en el proceso judicial. "No solemos hacerlo, sobre todo porque en Asturias hay una muy buena Fiscalía de Medio Ambiente". Independientemente de ello, Hartasánchez rompió ayer una lanza por erradicar el uso de veneno, "no sólo a través de la persecución, sino con la concienciación, porque estoy convencido de que el autor del envenenamiento de los buitres no tenía esa intención, pero es que el veneno es un factor de riesgo importante en la conservación de la biodiversidad".

Población

De hecho, tal y como apuntó el presidente de FAPAS, desde la muerte de estas aves, "ha descendido la población de estos animales en la zona central de Asturias". El envenenamiento, tal y como explicó, " ha tenido un impacto negativo, aunque no es lo único". Y es que Hartasánchez comentó también que "ha disminuido mucho la presencia de carroña en las zonas de montaña durante la época de reproducción de los buitres, entre febrero y marzo". Por eso, el Fondo va a poner en marcha un comedero de buitres para el que ya tienen autorización. "Vamos a hacer una campaña en la zona central de Asturias para la recogida de animales muertos, en este caso equinos, de forma gratuita", subrayó. El comedero estará instalado a partir de marzo o abril. Será a partir de entonces cuando el colectivo comience a recoger los animales.