El párroco pide ayuda al Ayuntamiento para reparar los daños de la ermita de Miravalles

Los técnicos recomiendan tapar la cubierta con un toldo para evitar humedades y para que el derrumbe de la cornisa no avance

Enrique Iglesias, junto al técnico que ayer visitó el templo. J. R. SILVEIRA

Los daños ocasionados por el temporal de nieve en la cubierta de la ermita de Miravalles han sido "muy graves". Un técnico visitó ayer el lugar, acompañado por el párroco Enrique Iglesias, para preparar el primer proyecto sobre la reparación del templo. El religioso quiere involucrar al Ayuntamiento en la reforma del santuario, ante la "importante repercusión turística que tiene en el municipio". La primera puerta a la picará para obtener financiación, no obstante, será a la del Arzobispado.

El santuario de Nuestra Señora de Miravalles no está protegido, aunque aparece en el inventario de bienes patrimoniales de la Consejería de Cultura, Educación y Deportes del Principado de Asturias. Hasta ahora, la ermita había mantenido el tipo con el paso del tiempo. El temporal que asoló la región hace dos semanas dejó el tejado completamente cubierto por una abundante capa de nieve. Una vez que el manto blanco se derritió, sacó a la luz un importante destrozo: una de las cornisas no pudo aguantar el peso y cedió, poniendo en riesgo toda la estructura de la iglesia.

El santuario es de la época barroca y uno de los principales atractivos turísticos del concejo. De hecho, se incluye en los ciclos de visitas guiadas al patrimonio de Aller y la actividad cuenta con una buena aceptación entre el público. Un dato que Enrique Iglesias no ha pasado por alto: "Creemos que esta ermita es muy importante para Aller. De hecho, la Virgen de Miravalles está considerada la patrona del municipio", señaló. El religioso tiene previsto pedir la "colaboración" de los responsables municipales.

La principal aportación que espera conseguir el párroco es la del Arzobispado. "Hay que tener en cuenta que esta ermita lleva muchos años sin recibir ningún fondo y que es precisa una reparación en profundidad", explicó. El derrumbe de la cornisa, por el momento, no ha afectado al interior del templo.

Los primeros pasos para impedir que el daño vaya a más serán tapar la cubierta con toldos, para evitar humedades, e incrementar la vigilancia del templo para estar alerta del avance del desprendimiento. El religioso espera que la obra comience en unas semanas, con el objetivo de que pueda culminar antes de la fiesta de la patrona: el 8 de septiembre. Enrique Iglesias también se pone a disposición de los técnicos de la Dirección General de Patrimonio del Principado, que tendrán que evaluar el estado del templo.

Compartir el artículo

stats