La Asociación de Vecinos de Figaredo ha solicitado al Ayuntamiento de Mieres más controles de velocidad en la carretera de Turón. Reclaman al gobierno local que interceda ante la Dirección General de Tráfico (DGT) para que se instale un radar permanente. El punto más conflictivo se encuentra entre las localidades de Lavandera y Peñule. La asociación local recuerda que en este punto han tenido lugar varios accidentes durante los últimos años, "con dos víctimas mortales".

El presidente de la Asociación de Vecinos de Figaredo , Enrique Benito Díaz, sostiene que son muchos los usuarios de la carretera que no respetan los límites de velocidad. Y eso pese a que la Policía Local realiza controles periódicos en esta vía. Sin embargo, la comunidad considera que se trata de una medida insuficiente: "Solicitamos un radar fijo, ya que han sido varias las personas que han sufrido atropellos, e incluso se han tenido que lamentar dos accidente mortales", apunta Benito Díaz. Según los portavoces vecinales, algunos de los coches que circulan por esta vía lo hacen a velocidades superiores a los 80 kilómetros por hora, cuando no deberían superar los 50. "No respetan ni los pasos de peatones ni los semáforos y este problema debe atajarse con la mayor celeridad", advierten desde el colectivo.

No es la primera reclamación relativa a la seguridad vial en la zona de Peñule que los vecinos de Figaredo llevan a cabo. Hace escasas semanas, medio centenar de ciudadanos cortó la carretera en este punto para exigir la reparación de un semáforo, único aliado que tienen para cruzar la calzada con seguridad.

La reclamación de Figaredo llega justo cuando en Mieres se ha generado cierta polémica por el uso de radar. En algo menos de un trimestre el radar móvil que maneja la Policía Local de Mieres ha puesto un total 350 denuncias. El sindicato independiente de Policía Local de Asturias (SIPLA) ha denunciado que se trata de una "campaña recaudatoria" impulsada desde el gobierno local. Por su parte, el radar semafórico de la calle Ramón Pérez de Ayala fue instalado en mayo de 2013 y, en sus primeros ocho meses de actividad, llegó a "cazar" a más de 1.500 conductores. Durante ese tiempo, el Ayuntamiento recaudó un mínimo de 150.000 euros, suponiendo que todos los infractores optaron por el abono reducido de pronto pago.

"Los conductores sancionados en Mieres por saltarse el semáforo en rojo con radar deberían recurrir la multa judicialmente". Lo afirmó hace unos meses Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), quien señaló que estos dispositivos "no gozan de presunción de veracidad". Los gestores municipales de IU, por su parte, aseguraron que nunca han dado orden a intensificar el uso del radar móvil, como sostiene el SIPLA, y que los controles responsan únicamente a medidas preventivas enfocadas a garantizar la seguridad.