El parador de Pajares puede tener futuro. La empresa Inversiones Inmobiliarias Valmurián, propietaria del inmueble desde 2010, está negociando la venta con una cadena hotelera nacional interesada en el emblemático inmueble. La venta del edificio es la única salida para el complejo, en continuo deterioro tras más de una década sin actividad.
La historia del parador se remonta a 1953 y tuvo unos años de esplendor. Cerró sus puertas por primera vez en 1979 y, en las siguientes décadas, mantuvo la actividad de forma intermitente. En 2004, un grupo hostelero lenense se hizo con la gestión. Terminó por dejarla poco después, alegando que no resultaba rentable. En 2009, el Ministerio de Hacienda sacó a subasta el inmueble e Inversiones Inmobiliarias Valmurián hizo la única oferta. La empresa adquirió el inmueble por 510.000 euros.
La compañía anunció varios proyectos para el complejo. Los empresarios tenían previsto reformarlo y convertirlo en un complejo hotelero abierto al público durante todo el año. Valoraron la puesta en marcha de un apartahotel y también de un hotel con servicio de spa. Llegó la crisis y los planes se convirtieron en humo. La reforma del parador se quedó en un vallado exterior, la instalación de cámaras de vigilancia y una mejora en la cubierta.
El inmueble se oferta en el circuito privado por 1,5 millones, el triple del precio que pagó Valmurián en la subasta de Hacienda. También está disponible para alquiler. Según fuentes de la empresa, se recibieron varias ofertas de hosteleros de la zona interesados en alquilar únicamente el bajo para habilitarlo como restaurante. Un arreglo que no interesó a los propietarios, al considerar que el hotel seguiría deteriorándose.
En los últimos días, según fuentes cercanas a Valmurián, un grupo hotelero nacional se ha interesado en el inmueble. Los propietarios mantendrán reuniones en las próximas semanas para encontrar un acuerdo que permita poner en marcha el complejo. El edificio precisa de una inversión de más de un millón de euros.
Los técnicos del ayuntamiento de Lena peritaron y proyectaron el arreglo en 2010. Por aquel entonces el alcalde, Ramón Argüelles, envió un escrito al Gobierno central para solicitar la cesión del inmueble al consistorio. Los planes del gobierno local pasaban por hacerse con el edificio y afrontar su reforma con una partida de fondos mineros. El gobierno central no dio el visto bueno al proyecto.
