"Es un libro que reivindica la esperanza", dijo el escritor Juan Ignacio González en la presentación de su poemario "Cuando enero fue pasto de las llamas". El acto se realizó en la librería La Pilarica de Mieres, organizado con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Juan Ignacio González es profesor de Trabajo Social y tiene en su haber varios libros como "Otros labios acaso", "Arte adivinatorio" o "El cuaderno de la ceniza", y "Cuando enero fue pasto de las llamas" es la primera obra de la nueva colección "Poetas de la cruz" de la editorial La Cruz de Grao.

"Si uno hace un recorrido por el libro, escrito en los últimos tres años, después de un periodo de una cierta tranquilidad poética, ocurre que uno va adquiriendo significativo con lo que sucede en el mundo. Después de treinta años trabajando por un mundo mejor, descubro que alguien me lo está enfangando. El libro reivindica la esperanza. Cuando todo quede baldío, sin nada, la esperanza regresa. Y la esperanza regresó como consigna de negarme a reconocer que no podemos dejar una sociedad más esperanzada para el futuro. Es un libro esperanzado porque me niego a eliminar la esperanza y yo me niego", dijo el poeta, que precisó que nunca fue un poeta social. "En los primeros libros que escribí hay mucho de recreación de la poesía que leía: andalusí, grecolatina y con poco contenido social. Durante un tiempo me tocó remansar el tiempo de escribir para dedicarme a otras cosas. La política ocupó una parte muy importante de mi vida, y supone contactar con la gente, preocuparse de lo que sucede en la calle, está uno más en el día a día del discurso, y ello lleva a un posicionamiento poético con cierta preocupación social".

"En otros poemarios había personajes poéticos, pero en este libro posiblemente hay algo de desnudarse en lo personal y menos de interponer escenario o lenguajes ajenos. Creo que los poetas en general nos pasamos la vida buscando nuestro tono poético, y hay quien lo encuentra en una edad muy tempranera y hay quien tiene que hacer mucho ejercicio de escritura para encontrarlo. Hay quien no lo encuentra nunca. Creo que en mi libro hay un cierto cambio de registro y creo que estoy en el camino de encontrar mi voz poética porque ella estaba en el camino siempre", reconoció el poeta. "Me obsesiona la métrica, quizás porque empecé por los clásicos y tengo una cierta obsesión por seguir un ritmo poético", añadió Juan Ignacio González.