Las reivindicaciones de los médicos eventuales

Los médicos eventuales denuncian que las condiciones de Salud son "de esclavitud"

Los facultativos sin plaza en la comarca trabajan tres meses al año "por la mala gestión de la gerencia", pero deben estar siempre disponibles

Amor Manzano, Óscar Fabelo, Carmen Vázquez, Raúl García y Josué Lázaro. J. R. SILVEIRA

Los "pata negra". Este es el término que utilizan en el mundo sanitario para referirse a los médicos titulares (con plaza fija) más veteranos. La Asociación de Médicos Eventuales del área sanitaria de la comarca (nombrada área VII) denuncia que algunos "pata negra" de los municipios de Aller, Lena y Mieres se embolsan, "por amiguismo con la gerencia", más de seis mil euros mensuales en concepto de salarios y horas extra. Los hay que suman jornadas maratonianas de hasta ochenta horas de trabajo sin descanso. Mientras tanto ellos, los que no tienen plaza, sufren unas condiciones "de esclavitud". Firman contratos temporales, pero siempre deben estar disponibles, y sin ningún tipo de estabilidad. Es sólo la punta del iceberg de un conflicto que se ha enquistado hasta límites insospechados. Tanto, que este verano doce trabajadores eventuales se han negado a firmar contratos para dar vacaciones.

Todos los eventuales estudiaron un mínimo de diez años: seis de la carrera de Medicina y cuatro de la especialización. Hace diez años, sufrían una sobrecarga de trabajo derivada de la falta de personal. Ahora, recortes y "mala gestión" mediante, trabajan tres meses y pasan otros nueve al paro. Esa es la situación de Josué Lázaro, Amor Manzano, Carmen Vázquez, Raúl García y Óscar Fabelo, cinco de los doce eventuales que este verano se plantaron.

"Trabajo hay, otra cosa es que esté repartido entre los que quiere la gerencia", explica Lázaro. Afirman que sus problemas comenzaron con el último cambio en la dirección del área sanitaria. Años atrás, aunque la situación "no era perfecta", la actitud de los responsables del área era "mucho más cercana y de diálogo". Ahora se cansan de pedir reuniones ante la dirección de recursos humanos del Sespa (Servicio de Salud del Principado de Asturias) y reciben la callada por respuesta.

A Carmen Vázquez, lo que más le molesta es "la sensación de que tienes que aparcar todo si ellos (el Sespa) te llaman". Porque es así, los médicos de la bolsa de trabajo tienen que estar disponibles al cien por cien. Puede llegar una llamada para cubrir una guardia, ocho horas trabajadas y de vuelta a casa. Si hacen horas extras las cobran, pero ni acordarse de la cotización. "Si seguimos así no nos jubilaremos nunca", afirma la médica.

Cuando trabajan están sobrecargados. Óscar Fabelo estuvo contratado en diciembre y enero en el ambulatorio Mieres Sur. Le apuntaban las consultas cada cinco minutos, un tiempo que "no permite hacer un reconocimiento completo a los pacientes". Pidió la agenda y reclamó que sus pacientes, aún a riesgo de terminar más tarde su jornada, tuvieran un mínimo de diez minutos de consulta. El resultado fue su suspensión y a casa. Ahora está a la espera de juicio. Mientras que él pedía más tiempo para ver a los enfermos, ocho de sus compañeros estaban al paro. Entre ellos, Amor Manzano y Raúl García. A este último, una doble especialización en medicina de familia y odontología tampoco le han servido para obtener una plaza en el área sanitaria del Caudal.

Compartir el artículo

stats